Once (Érase una vez), de John Carney

Inauguramos una sección que, aunque se sale un poco de la temática de nuestro Módulo, pensamos que puede cubrir de alguna forma nuestras necesidades de ocio. En concreto vamos a hablar de cine, de forma que cada semana intentaremos presentar o comentar una película, de estreno o no, que nos parezca interesante o que guarde relación con temas que vamos tratando en el curso. Comenzamos con una película que es posible que empiece a sonar en los medios de comunicación a partir de ahora, más de dos años despúes de su estreno en Irlanda, su país de producción, debido al amigo Oscar
 
 Érase una vez.

Y no, no es el número que sigue al diez y va antes del doce, sino el título en inglés de esta película (Una vez). Tuve la oportunidad de verla por vez primera el otoño pasado, cuando aún ni se había estrenado en España, y quedé gratamente sorprendido al ver cómo una pequeña película, sin grandes pretensiones, rodada con 100,000 grand, Glen Hansard, el protagonista, dixit, 100.000 dolares de nada, y con medios ciertamente limitados, conseguía transmitir algo tan sencillo y a la vez tan profundo: el mensaje de los sentimientos a través de la música. Porque de eso va la película, de música. Una música, una banda sonora, que interpretan de forma magistral los protagonistas, Glen Hansard, que interpreta a un cantautor de las calles de Dublín, y Markéta Irglová, la inmigrante del Este que trata de ganarse la vida en esas mismas calles vendiendo flores a los viandantes y que posee un gran talento con el piano. Ambos tienen en común su amor por la música y ese amor les une, de forma que ambos van a complementarse para cumplir su sueño, y a la vez va a hacer que reorienten sus vidas. Una historia sencilla, normal, de las que pasan todos los días. No en vano, los protagonistas son músicos profesionales en la vida real, lo cual hace que su actuación como actores noveles sea todavía más meritoria. En la reciente ceremonia anual de la Academia Americana del Cine, la película fue premiada con el Oscar a la Mejor Canción Original por Falling Slowly, el tema central y más emotivo de la cinta. Este hecho hará seguramente que la película adquiera una cierta relevancia, cosa que hasta ahora, desgraciadamente, no había conseguido entre el gran público. 
   

 
 Francisco Mas Silvestre

Comentarios

José Manuel Mora ha dicho que…
Esto de haber descubierto el blog del MBAD (parece que estoy hablando en checo)es Holywood y nunca mejor dicho con este comentario.
La entrada referente a Once, me ha hecho recordar cómo disfruté viéndola. A veces "las grandes películas" no son las que más conmueven, y ésta lo logra con creces, no sólo por la magnífica y creíble interpretación de los dos, como por la banda sonora de lo que en realidad es un auténtico musical. Si no se pilla en cines, vale la pena "bajársela" o alquilarla, si es que existen todavía videoclubes.