LA NUEVA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA

 Lujo oriental

Como los conocedores de la Historia saben , la antigua Biblioteca de Alejandría, que fue motivo de asombro en la Antigüedad por albergar cerca de 700.000 documentos diferentes y poseer ya entonces un sistema de clasificación, fue destruida hacia finales del S. III. Su riqueza de fondos se debía a que todo extranjero que quisiera entrar en la ciudad, debía depositar un volumen en la biblioteca, lo que ayudó a enriquecer sus fondos. Su memoria se ha convertido en algo mítico, de lo que no hay demasiados testimonios fiables, aunque sí se sabe que contó con una mujer bibliotecaria, Hipatia, que pagó con la muerte a manos de los cristianos, su afán de saber.



Fruto tal vez de ese pasado mítico, y por el valor simbólico de este antiguo centro del saber, la UNESCO, en colaboración con una serie de países, decidió la construcción de una nueva biblioteca en esta ciudad mediterránea. Se convocó un concurso de arquitectos y ganó un grupo de noruegos que decidieron dar al techo del edificio una estructura circular, de plano inclinado, a modo del disco solar, símbolo del dios Ra. Se inauguró en 2003 y la pretensión es que llegue a ser un centro de referencia mundial.



El exterior está recubierto de placas de cerámica en la que están grabados multitud de signos de representación gráfica, de todas las lenguas y culturas. El interior posee una iluminación natural y matizada por los lucernarios del techo que filtra, al entrar en diagonal y desde el norte, la luz solar. Se dispone en terrazas que albergan cada una de ellas una sección de la biblioteca.



En la actualidad posee 60.000 libros y tiene capacidad para albergar ocho millones más. La biblioteca es de libre acceso, pero de consulta obligada in situ, ya que las monografías no se pueden sacar al exterior.



En caso de que sea necesario hay servicios de fotocopiadora (sólo se puede copiar un 20% de una obra) y escáner. Los fondos están catalogados según el sistema de la Biblioteca del Congreso de los USA. Existen OPAC a la entrada, además de la posible atención de los bibliotecarios. Y por supuesto se puede consultar internet y buscar referencias en línea, pero no se puede leer.



Hay libros, periódicos, libros en braille y con formato audio, cedés, deuvedés, mapas, tesis, manuscritos, microfilmes...Todo ello de temática variada y en multiplicidad de lenguas. En español hay 5.000 títulos. Contrariamente al tópico extendido para la generalidad de países musulmanes, no existe censura alguna. Los materiales llegan por compra y por donación.



Las paredes están recubiertas de un material que absorbe los sonidos y aunque haya usuarios y murmullos, éstos no se perciben. Hay un constante flujo de visitantes, ya que alberga exposiciones permanentes sobre el mundo del libro y otras temporales, sobre asuntos colaterales.Hay sale de proyección de películas, conciertos, conferencias, sesiones de lectura, cursos de formación de usuarios...Todo lo que las mediatecas actuales poseen para lograr que sean centros vivos de difusión de la cultura y los saberes.


La visita fue desde Cairo, a 200km. en un viaje de ida y vuelta en el día. Los estragos del estudio, o tal vez sólo del ayuno en Ramadán, se hacen evidentes en esta foto. Os animo a que, bien en directo o a través de la red realicéis una visita real o virtual . Vale la pena.



Vídeo de la visita:


José Manuel Mora

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Una vez mas, me veo en la obligacion de agradecerte a nivel personal, el empeño por acercar la cultura y la historia a todos.

El video de la biblioteca de alejandria es "genial".
MUCHAS GRACAS.


MBAD 07/08