Horror vacui en red

100 millones de sitios
Acabo de leer un suelto en la prensa que me ha hecho pensar que realmente estamos viviendo uno de esos momentos que luego se llamarán "históricos".
La aparición de la escritura fue un hecho tan revolucionario como para que los historiadores marcaran ahí la separación de dos eras.
Probablemente no se vivió algo tan definitivo hasta el invento de Gutenberg en el S.XV. La imprenta multiplicó exponencialmente los escritos, abaratándolos, lo que permitió que llegaran a un mayor margen de población, y el Poder no tuvo ya tan fácil la posible censura de la producción.
El S.XIX, con la industrialización que trajo consigo, comportó una mayor rapidez en las tiradas y la extensión de saberes y opiniones gracias a la linotipia, al papel continuo y a los periódicos. Es cierto que las máquinas de escribir ya en el XX permitieron imprimir a quienes no estaban en el oficio, pero esto no fue más que la continuación del movimiento anterior.
Sin embargo el de ahora creo que es un cambio cualititativo por serlo cuantitativo (Marx dixit). La llegada en los años noventa de los ordenadores no hizo en principio más que añadir rapidez, claridad y posibilidad de almacenamiento al mismo proceso de las másquinas de escribir; de hecho algunos pensamos que no era más que un artilugio que nos permitía redactar textos sin tachones y guardarlos para recuperarlos después.
Sin embargo pronto se le fue añadiendo la conectividad (¿existirá la palabra?) gracias a la famosa "araña" que ha ido extendiendo sus hilos sobre casi toda la superficie del planeta (¿para cuándo África?). Y así, en 1995, en uno de los primeros recuentos de sitios web, se contabilizaron 18.000 en todo el mundo. Once años después se han alcanzado los 100 millones de sitios. Todos ofrecen contenidos e información y lo que es más sorprendente, 47 millones de ellos son activos, es decir, se actualizan frecuentemente.
Esta proliferación de la oferta puede llegar a marear. De ahí la necesidad de formar desde jóvenes en cómo orientarse en esa selva de información, tan a la mano, pero en la que uno se puede perder o no llegar a encontrar aquello que está buscando. Hace falta además un mínimo de fiabilidad en los portales. Deben llevar alguna mención de responsabilidad, alguna dirección electrónica comprobable a la que poder dirigirse...porque como en el mundo del papel, no todo es igual de válido. Si a eso se añaden las redes sociales (Twenti, Facebook), uno se pregunta si habrá alguien que lea tanto escrito. Esto mismo que estoy tecleando, a cuántas personas puede que llegue? ¿No será un prurito de vanidad?....A pesar de llo aquí queda esta pequeña reflexión.
José Manuel Mora.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Muy Buenas!
En primer lugar... a mi me llegó esta reflexión que hace reflexionar, y gracais por ello.

En segundo lugar he de decir que estas reflexiones de vez en cuando hacen falta.

Por ultimo... espero que este comentario no se pierda en el olvido.

Besos