Tokio Blues, de Murakami


Del lejano Oriente
                                                 A María de las Cortes, que me habló del escritor.

MURAKAMI, Haruki. Tokio blues (Norvegian wood). Barcelona: Tusquets, 2008.

Está claro. Me estoy haciendo mayor. Yo que siempre quise estar a la última en aquello que por formación me era propio, la literatura, y resulta que no me es posible. Decía el clásico: ars lunga, vita brevis. Y el cuero no da para estar informado, corregir trabajos y resúmenes documentales y estar en la onda. Me he debido de perder algo, porque este autor, que sé que está causando furor, a juzgar por la cantidad de títulos y ediciones en nuestro país, entre la juvenalia, a mí me ha dejado indiferente. No es de los que yo suelo etiquetar como "esenciales para la supervivencia", tipo Vida y destino, ya comentado en este blog.


Razones: la historia me ha parecido convencional. Un largo flash back, que nos lleva a los años sesenta, en Japón, con jóvenes veinteañeros, universitarios, amantes de los Beatles (de ahí el subtítulo, una canción de los de Liverpool). Un protagonista que no parece encontrar demasiado sentido a una vida anodina, en una facultad que no consigue interesarle, y entre dos muchachas a las que, cada una por una razón, cree amar. Las dos chicas son de caracteres contrapuestos, lo que realza su individualidad y la perplejidad de Watanabe, el que narra la historia, ante la posibilidad de tener que elegir entre ellas. Si no fuera un mal chiste, diría de ella, con palabras de julio Cortázar, que es del tipo "rollo chino"; resulta entretenida, pero creo que la olvidaré con la misma facilidad con que la he leído. Tal vez el personaje más atractivo para mí ha sido el de Reiko, la mujer madura, con un pasado muy duro, que sigue siendo capaz de escuchar, de estar ahí para acompañar con silencio, con miradas, con una melodía rasgueada a la guitarra, de los Beatles o de Bach.
Y no está mal escrita. Por momentos hay algunas descripciones que traen a la mente las pinturas en seda japonesas, delicadas, claras, con el adjetivo y el ritmo adecuados, con el poder evocador exacto. Creo que está bien traducida. Y sin embargo me tiene sin cuidado lo que decida finalmente Watanabe, o los ataques imprevisibles de Midori, aunque me resulte desenvuelta e incluso simpática. Dicho todo esto, tal vez lo que sucede es que no tengo lo veinte años de los personajes y quienes leáis esta líneas, si los tenéis, tal vez disfrutéis como enanos. Ánimo, pues. Y si ya la habéis leído, dejad vuestro comentario.

José Manuel Mora.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Creo que se trata de una lectura más espiritual y "sensacional" que no en contenido sustanciosamente novedoso. De ahí que, quizá, no la haya disfrutado y saboreado con los 5 sentidos.