Mediateca Ciudad de la Luz


LA MEDIATECA DEL CENTRO DE ESTUDIOS – CIUDAD DE LA LUZ –


“El cine tiene que producir sosiego”, decía Azorín, aquel novelista y ensayista que naciera allá por el 1873 en nuestro cercano Nonóvar; estoy casi seguro, que si viviera se acercaría al Centro de Estudios de Ciudad de la Luz, y con la mirada perdida en el horizonte, viendo la bahía de Alicante y la inmensidad del Mediterráneo a sus pies, corroboraría aquella frase quitando la perífrasis de obligatoriedad: “el cine produce sosiego”.Y es que los alumnos que estudian en esta Escuela el Grado en Comunicación audiovisual, o alguna de las titulaciones cinematográficas (dirección de fotografía o de edición y montaje entre otras), e incluso algún curso de artes y oficios para cine y televisión tienen el privilegio de contar con un centro que, aparte de esas magníficas vistas que os he descrito, cuentan con un edificio nuevo, espectacular y con una dotación puntera, para que así su paso por el centro les aporte un acervo cultural suficiente para que sea el fundamento imprescindible en sus vidas. Como reza el slogan destinado a ellos (que me tomo la licencia de modificar para esta ocasión): “Hoy es el primer día del resto de [sus vidas]” (Lester Burham, American Beauty).

En este Centro de Estudios de La Ciudad de la Luz, cercano a los estudios cinematográficos homónimos, es donde a principios de año me incorporaba; destino: la mediateca. Si el 2009 había sido un año de inestabilidad laboral, de incertidumbre y de cambios para tantos de nosotros, que utilicé para seguir formándome, el 2010 llegó cargado ánimos e ilusiones… los que me conocéis mejor ya podéis imaginarme: proyectándo nuevos retos y proyectos… reciclándome en el Séptimo Arte y manteniéndome fresco en lo que a “bibliotequear” se refiere.
Se abre ante mí un ambicioso proyecto: una biblioteca, filmoteca, fonoteca y hemeroteca que gestionar, más de 300 metros lineales de estanterías por nutrir, catalogar y tener a punto para los alumnos, docentes e investigadores que quieran hacer uso de esta mediateca especializada en los medios audiovisuales. Cuenta para ello con cincuenta puestos de lectura, quince de los cuales son individuales y con conexión a la Red, aunque toda ella esta dotada con wifi para que desde los portátiles puedan acceder sin problema.


La Escuela cuenta con la llegada diaria de tres periódicos nacionales y dos locales, así como la suscripción mensual a las principales revistas en lo que a cine, actores, fotografía y comunicación se refieren.
Todo el fondo librario, navega en torno al número 7 de nuestra inseparable CDU, el Arte en general, y fotografía, cine y comunicación audiovisual en particular.
Y poco más puedo deciros de la dotación fílmica que tiene la escuela, imagináoslo: cine por género, por autor, de distintas nacionalidades…
Todo ello en un espacio diáfano y radiante de luz… como no podía ser menos, el nombre lo requería, para que los alumnos (ahora en periodo de exámenes) puedan estudiar y consultar obras para sus trabajos, ya que los préstamos son continuos aquí, sobre todo en lo que a las películas se refiere para su estudio y análisis.
En una de las primeras entrevistas con Luis Cruz, director de la escuela, para que me hiciera una idea de lo que había que conseguir, me advirtió que la mediateca tenía que ser una mezcla entre la biblioteca que describe Eco en El nombre de la rosa y la Biblioteca de Babel que escribiera Borges en 1941; el Universo compuesto por un número infinito de galerías y anaqueles que describe éste, junto a la especialización y al número de ricas y deseadas obras que relata aquel en su obra más famosa, que dicho sea de paso es una de mis favoritas, de la que extraigo una cita: “Sé que posee más libros que cualquier otra biblioteca cristiana. Sé que, comparados con los vuestros, los armarios de Bobtiana o de Pomposa, de Cluny o de Fleury parecen la habitación de un niño que estuviera iniciándose en el manejo del ábaco…”
Cuando estéis leyendo este artículo habré cumplido mi primer mes aquí; el primer día que entré en este edificio iba, parafraseando el verso de Antonio Machado, “ligero de equipaje”, con sólo dos libros en la mochila: las reglas de catalogación y la CDU, que en tantas bibliotecas me han acompañado; después de casi treinta días instalé otros dos “símbolos” que siempre me han acompañado por estos reinos de libros fantásticos: mi atril de madera y la célula dieciochesca de excomunión de la Biblioteca Universitaria de Salamanca, la cual surgió como sanción para guardar celosamente aquellos incunables y manuscritos ante la posibilidad de su desaparición. Os invito desde éstas líneas a visitarla.
Ahora ya estoy listo para empezar a rodar… ¡Acción!

Luis E. Moreno, antiguo alumno del MBAD y bibliotecario que fue del IES Virgen del Remedio.
Mediateca Ciudad de la Luz

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Siempre pensé que llegarías lejos!

Ahora a convertir tu biblio en "la millor de totes"

Siempre a tu vera...
CaroLuna ha dicho que…
Gracias por darnos a conocer este espacio. Por acercarnos a un lugar donde nuestra mente y alma pueden navegar de la mano.
Ese "barco" lleva al timón a un capitán inquieto, curioso, inteligente, creativo, responsable e innovador, entre otras cosas, por lo que llegará adonde quiera.
Caro