El escritor, de Roman Polanski

The ghostwriter.
Otra vez cine y literatura y otra vez más asociado a la "documentación", aunque también pueda ir en la rúbrica de la película de la semana; se estrenó la pasada. Como suelo hacer, aquí va la referencia del libro del que parte el guión de la peli. HARRIS, Robert. El poder en la sombra. Barcelona: Grijalbo, 2008. Ahora que está tan de moda la literatura "histórica", esta se puede considerar tal, aunque alguna librería la encuadra entre los libros de enigmas o policíacos. El autor es un periodista que decide novelar sobre la posible responsabilidad de un político británico (¿Blair?) en las barbaridades cometidas al alimón con los USA en la guerra de Irak en nombre de la lucha contra el terror. Sugerente, ¿no?


Pues bien, sobre esta historia ha puesto sus siempre inquietantes manos cinematográficas Roman Polanski. Con nuestra inefable manía de traducir los títulos originales, muchas veces sin acierto, (ya sabéis el adagio italiano traduttore, traditori : el que traduce traiciona) aquí se ha estrenado como El escritor, que tiene poco que ver con el término que se emplea en el mundillo editorial, ghostwriter (escritor fantasma), para denominar al que se dedica a la tarea de escribir para otro que tiene menos tiempo, talento o ganas: aquí llamado negro. Tal vez no se ha elegido por su ambivalencia o por ser políticamente incorrecto. Este personaje "literario" tiene también su hueco en política y en muchas otras actividades que necesitan de un experto "escribidor", que encuentre el tono adecuado para el que firmará el libro o leerá el discurso. ¡Qué frustrante deber ser para él, que ni siquiera a la presentación del libro se le suela invitar! Quedar siempre al otro lado del espejo alguien con prurito de ecritor de verdad. Polanski ha decidido convertir el libro original en un desasosegante thriller. Él es un maestro en la creación de atmósferas y en ese sentido ha acertado con la elección de las localizaciones en cualquier isla de la costa atlántica frente a Boston, en pleno invierno, con un cielo siempre aborrascado y una fotografía que parece tomada en un virado de grises casi continuo, todo ambientado con una primorosa bada sonora que ayuda lo suyo. A esa lujosa madriguera llega el "negro" que tiene que acabar la tarea de otro colega que le precedió en la redacción de las memorias del político citado. Tanto Ewan McGregor como Pierce Brosman están absolutamente creíbles en su cometido actoral.


¿Cómo encaja en todo esto lo de la "documentación" inicial? Pues porque para una tarea como la del especialista de esta historia, se necesita consultar "fuentes", bien directas, como las posibles entrevistas al personaje en cuestión, bien de referencia, como las fuentes documentales. Siempre hay gente que guarda documentos que pueden ser comprometedores, o que, bien "leídos", pueden convertirse en pistas que se volverán un peligro para quien acierte a descifrarlas. Y en eso está el protagonista, y "hasta aquí puedo leer". Tanto la novela, como la peli no deben ser destripadas. Creo que puede ser un buen libro de verano y desde luego es una buena opción en la cartelera de esta semana.


José Manuel Mora Carbonell

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