Con la soga al cuello, de J. Conrad


 Uno de aventuras

Dice Guelbenzu en su estupendo prólogo, que el título original, The End of the Tether , podría tener otras traducciones: El extremo de la cuerda, el más literal de ellos. También se la conoce como El cabo de la cuerda, pero pienso que en ambos casos se pierde el sentido que tiene la expresión en castellano, que es el que ha adoptado la colección Austral, y que plasma a la perfección la situación y el sentimiento de su protagonista; así que la mantengo en la referencia: CONRAD, Joseph. Con la soga al cuello. Madrid: Espasa Calpe, 2007. (¡Sólo 8 €!)


 En dicho prólogo se nos informa de que Conrad es una adaptación de su apellido polaco de origen: Konrad (Polonia, 1857-Canterbury, G.B. 1924). Vivió media vida como marinero y la otra media como escritor. La mayor parte de su inspiración sale de esa primera mitad de vida marítima. Con todo esto puede que a muchos no les suene de nada, sin embargo hay otro título más emblemático El corazón de las tinieblas. Si ni aún así, es casi seguro que muchos habrán visto la peli: Apocalypse Now de Coppola, 1979, basada libremente en dicho título. ¿Nos vamos situando? La novela que comento no es tan negra como la que da lugar al film. Está más en la línea de Melville, autor de Moby Dick.
Traigo a colación esta imagen para que los indocumentados se hagan idea de las condiciones de navegación de la época. Sólo así se agranda la figura central del libro, el capitán Whalley, a bordo del Sofala, barquito que navega las aguas de las costas más orientales del Índico. A ello se puede añadir su estatura moral: se embarca, cuando ya debería jubilarse, para ayudar a su única hija, que está pasando estrecheces. La confrontación con el otro gran personaje, el Sr. Massey, todavía lo agiganta más. No es sin embargo una novela de cartón piedra. Los caracteres están estupendamente trazados, son todos ellos muy humanos. ¡Espléndida la configuración del serang, ayudante malayo del capitán. Resulta bastante increíble que una persona nacida en un idioma pueda alcanzar un estilo tan terso en otro. A ese disfrute ayuda una magnífica traducción de Vlady Kocianich.

La singladura por las costas del Índico, las incursiones en sus ríos entre los mangles, las dificultades de los arrecifes de coral, la lucha sorda por el poder a bordo...Todo está narrado con una maestría que llama más la atención por su sencillez. Paso a paso el autor nos va sugiriendo un misterio oculto que tensa la acción y la llena de intriga....Y hasta aquí puedo leer. LOs improbables lectores de este blog saben que no suelo destripar ni los libros ni las pelis. Es estupendo adentrarse en la lectura de éste, máxime si ha sido un regalo, y poder hacerlo casi con el espíritu del lector que fui cuando adolescente. ¡Qué buena película en blanco y negro se haría con esta historia! Entretenimiento, pues, del bueno, magníficamente escrito y que no deja que nuestra atención decaiga en ningún momento. ¿Qué más se puede pedir? Al final todo concluye en las aguas de ese mar lejano y exótico, definitivamente calmo, como el de la imagen. Que os guste.

José Manuel Mora.









Comentarios