Nuevos usos y costumbresParece ser que lo que surgió como un puntazo brillante entre empresario y librero con ideas se va generalizando. El improbable seguidor de este blog habrá podido comprobarlo. Y si ya me llamó la atención aquella cafetería animadísima en el "tontódromo" de Estambul, que simultaneaba el cafetito con una buena oferta de libros, vídeos y discos, más me sorprendió ver convertida una iglesia gótica en una librería de tres plantas con ascensor y cafetería-restaurante. La cosa parece que se va generalizando.
La semana pasada, en un "salto" a Lucca, Italia, me encontré con un palazzo en estilo neorenacentista con su almohadilado en la fachada y todo y al entrar, sobre las puertas automáticas el nombre del contenido: Edison book store; lascolumnas, el lucernario, la planta de la sala hacían pensar en cualquier cosa menos en lo que de verdaad albergaba. Era un sábado, sabadete, a las nueve de la noche, cuando por aquí la "juvenalia" está empezando a despertarse, a maquearse, para salir de marcha. LLovía. Y la gente se acogía al abrigo de un "alamacén de libros". Gente joven, familias con los niños puestos, viejecitos de la "cierta" edad", tomaban café, ojeaban/hojeaban (con hache y sin ella) libros, o sentados en el suelo escuchaban un concierto de jazz (léase jaz) en directo. Esto es visión de negocio con futuro. La gente que se paseaba entre los estantes acompasados por la voz increíble de la cantante (ver/escuchar vídeo) a lo mejor acaba comprando. Yo mismo, por ejemplo. Y está claro que esas personas no pensarán que el libro es un objeto extraño, de museo, algo temible, sino más bien familiar, amable, que se puede curiosear.
¡Qué lástima que por estos lares, a lo más que se llega es a la presentación de algún libro, alguna lectura poética o alguna charla-coloquio! todo muy interesante, pero lejísimos de esta cotidianeidad que aquí os dejo.
José Manuel Mora.
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