El olvido que seremos, de Abad Faciolince

 Un libro "padre"
Los viajes, la vida y otras lecturas me han tenido ocupado y ya echaba de menos volver a colgar algo en el blog. Ahora que es tiempo de verano y libros, me parece oportuno proponer éste que, como dice el título de la entrada, es un libro padrísimo, que dirían en México. Además se da la circunstancia de que es fruto de un regalo, de parte de alguien que lee mucho más que yo y con buen criterio; gracias desde aquí, Merche.


ABAD FACIOLINCE, Héctor. El olvido que seremos. Barcelona: Seix-Barral, 2007. Cuando se mira la solapa y se ve la procedencia del autor, Colombia, los más viejos del lugar pueden pensar en el viejo mito del boom de la literatura latinoamericana iniciado en los 60 que vuelve a la carga. Y no; estamos lejos del "realismo mágico" que se acuñó entonces, y más cerca de la crónica pura y dura, pero no la periodística, sino la personal. El autor ha necesitado 20 años de profesión de escritor y de vida para ser capaz de narrar el asesinato de su padre, el doctor Abad, médico en Medellín, a manos de los paramilitares. La historia podría haber sucedido en Guatemala, en la Argentina de los milicos, en el México del narco... Sin embargo la narración es tan personal que trasciende el marco concreto histórico-geográfico para convertirse en un canto de amor al padre asesinado. No en balde se cita a Manrique.

 

El libro se aparta de la óptica previsible en los países de habla hispana, donde los españoles dejamos una herencia de machismo que no acaban de quitarse de encima. Por eso resulta agradable conocer la historia de este padre que piensa que la mejor manera de educar a los hijos es queriéndolos, besándolos y abrazándolos. Ese padre manirroto que no se ocupa de las cuentas, porque para eso está su mujer, que saca la casa adelante con su trabajo; que cura sus depresiones encerrándose a escuchar música clásica, que cree poder conjugar el cristianismo en religión, el marxismo en economía y el liberalismo en política. Todo ello en un continente donde abundan las figuras literarias de los padres autoritarios, los tiranos, los patriarcas, los dictadores. De todo esto se aleja la figura del Dr. Abad, que cree que la mejor tarea de un médico es practicar una medicina preventiva a base de vacunas, sanidad de aguas y residuos y buena alimentación. Pisó demasiados callos de poderosos y además no se quiso callar ni exiliarse. Lo pagó con la vida. El libro, narrado desde la óptica del hijo/escritor, es un intento de evitar el olvido en el que caemos los humanos tras la muerte. La literatura como sanación y memoria.
Quien todavía pueda gozar de su padre tal vez aprenda a valorarlo y dsifrutarlo más y mejor. Quien lo haya perdido, como me sucedió a mí hace ya tanto tiempo, seguramente lo arrebatará de nuevo al olvido, aunque sea sólo por un tiempo. De hecho, "Ya somos el olvido que seremos".

José Manuel Mora.

Comentarios

Fran ha dicho que…
Interesante... me lo apunto como próxima adquisición. Últimamente sólo caen en mis manos "bestsellers". Ahora estoy con "La biblioteca de los muertos", que no está mal, pero me apetece algo de más calidad.

Ale, saluts!!