Nueva ortografía de la RAE

Nueva Ortografía: ¿Cataclismo?

Como no podía ser de otra manera, no puedo dejar pasar la noticia de que la R.A.E. prepara una nueva Ortografía de la lengua española para ser ratificada por el conjunto de Academias el próximo 28 de este mes, en la que es tal vez la feria del libro más importante de lo producido en castellano, la de Guadalajara (México). Y esto es así porque, aun jubilado, no puedo dejar de ser el profesor de castellano que fui. Durante 40 años combatí contra los fallos de ortografía de mi alumnado, la mayoría de las veces en balde, consciente de que el cuidado de la producción propia, a todos los niveles, era una tarjeta de presentación adonde quiera que fuera. Sin embargo, aún hay alguno por ahí que recuerda mis chascarrillos para conseguir que se fijaran en un determinado uso ortográfico. (Gracias, Manolo A.).



Hace ya tiempo, en plan gamberro, otro premio Nobel, García Márquez, proponía una auténtica revolución ortográfica. Me alegré de que todo quedara en una boutade, dado que aún impartía. Una de las razones que solíamos presentar al alumnado para el mantenimeinto de tamaño tormento era una perogrullada: se trata de una convención y por lo tanto es arbitraria. Si alguno iba más allá en sus requerimientos, se podía argüir el beneficio de la unidad de la lengua a un lado y otro del Atlántico, gracias a tan férreo control. Más allá, a veces se llegaba a una explicación etimológica para dar razón de una diferencia de grafía. Incluso procurábamos el "consuelo de tontos", pensando en que más difícil lo tienen los anglófonos, que están todo el rato a vueltas con el how do you spelling?

A otros les tocará ahora explicar los cambios que la R.A.E. propone y que, aunque no sean revolucionarios, serán un quebradero de cabeza durante un tiempo de transición. Quienes aprendan con las nuevas normas, encontrarán raro tropezarse en textos "antiguos" con las tildes que ahora se suprimen, o con los nuevos nombres de la simple i, ya no latina, porque no habrá que diferenciarla de la y, que ya no será griega, sino simplemente, ye, como en palabra que no nos asusta desde hace tiempo, yeísmo. Pero claro, algo así les sucedería a los que en el s.XVIII dejaron de escribir phrases (vid. infra, en la cubierta del viejo Diccionario). He de confesar que a mí me resultará raro escribir cuorum, aunque el argumento sea convincente: "Se usa q como grafía de /K/ sólo (¿o será sin tilde?) cuando vaya seguida de u, ante e, i, como en queso o quiso". Entonces no entiendo bien la diferencia entre Irak (antiguamente, Iraq) y Catar (antes Qatar); ¿por qué no Katar? En fin, "doctores tiene la Iglesia..."



Item más: ¿Qué hay de las nuevas "normas" que la juvenalia está estableciendo con los SMS? Muchas veces me recuerdan a la antigua taquigrafía que periodistas y secretarias debían aprender para copiar al dictado rápidamente. Pero en este caso cada uno establece su convención, seguro de que se le entenderá. Y si no, qué le vamos a hacer. Todo ello es pues móvil (nunca mejor dicho) y cambiante. Tal y como las lenguas, organismos vivos y en perpetuo cambio, se nos presentan.
Así que, a mis antiguos compañeros les deseo suerte y que no les pase nada en estas nunca vistas nuevas fazañas que la enseñanza/aprendizaje les depara.
José Manuel Mora

Comentarios

MBAD ha dicho que…
Para no realizar otra entrada, añado este comentario. Tras la Feria del Libro de Guadalajara, México, las Academias se han puesto de acuerdo por unanimidad en considerar sólo sugerencias sus propuestas y dejar que sean los hablantes/escribientes quienes, con el uso, se acaben decantando.
José Manuel