Bibliotecas modernas

Innovaciones bibliotecarias

La novedad viene otra vez de los USA. Las bibliotecas públicas (la de la foto es la Black Diamond de Copenhague), que ya en tiempo de Benjamín Franklin eran consideradas elementos fundamentales para la democratización de la sociedad estadounidense a través del sistema de préstamo, parece que no quieren perder su papel ni su público. Y así, aprovechando las nuevas generaciones de lectores electrónicos, me refiero a los mecanismos, se han lanzado al préstamo a través de las descargas. El lector se identifica como socio de una biblioteca; ésta paga una licencia y eso le permite prestar títulos como si fueran libros físicos. El famoso plazo de los 14 días se sigue cumpliendo, pero ahora el lector no tendrá que regresar a la sede física a renovar el préstamo, sino que el libro desaparece de su lector pasado ese tiempo. Para mayor facilidad, ni siquiera son necesarios los libros electrónicos ni las tabletas, ya que el préstamo se puede descargar en un portátil, o en un teléfono móvil.















Lógicamente, para que esto funcione, se ha de dar una condición previa: que las bibliotecas públicas tengan material digitalizado. Apple (iPad) y Google (con su plataforma Android) se han aliado con ellas. Las de Washington (en la segunda foto, la del Congreso, de referencia en todo el mundo) ofrecen ya al público 250.000 títulos en préstamo.
















Y sin embargo todo lo que precede es paradójico, ya que USA va a la zaga de Japón y Europa en la creación de una biblioteca digital nacional que pudiera ser considerada como el fondo patrimonial electrónico de la cultura de un país. La de Noruega ha digitalizado ya 170.000 libros y 250.000 periódicos, además de horas de radio y televisión o fotografías. Holanda ya tiene el proyecto de escanear todo lo publicado desde 1470. Los 50 Estados miembros del Consejo de Europa ya disponen de un único motor de búsqueda: theeuropeanlibrary.org. También la Comisión Europea patrocina la Europeana , un portal para copias digitales del que ya di cuenta en estas páginas. La Biblioteca del Congreso de Washington creó en los 90 del siglo pasado una colección digital: American memory, con 16 millones de libros, mapas, películas, manuscritos, piezas musicales...Sin embargo no está conectada a demasiadas bibliotecas públicas.

Además de lo que en un continente y otro queda por digitalizar, el desafío es hincarle el diente a la literatura actual, que es la que buscan los lectores cuando acuden a las bibliotecas públicas. Ahí chocamos con los derechos de autor y los años que perduran. La Cervantesvirtual sabe las peleas con los escritores y sus descendientes para conseguir convencerlos de que los cedan, para poder luego tratarlos y colgarlos en "la nube". En caulquier caso parece que en poco tiempo, digo, al paso que van las innovaciones tecnológicas, es posible que desde Cocentaina o desde Algorfa, se puedan acabar realizando préstamos virtuales. Todo lo que sean facilidades para no perder lectores serán pasos bien dados.

José Manuel Mora.

Comentarios

hiparco ha dicho que…
¿Cómo son las bibliotecas de los países ahora revueltos del magreb y próximo oriente? esos países creo que, como nosotros, necesitan cultura y oportunidades para su democratización popular que sospecho les han sido negadas. ¿Es un problema de tecnología o de fondos editoriales?
MBAD ha dicho que…
Sólo puedo hablar de la biblioteca de Alejandría, que visité hace dos veranos y de la que creo que hay un vídeo colgado como ilustración en una de las entradas de 2008. Si no lo ves, me lo dices y lo subiré a mi pagina de vídeos de Youtube (MBAD2008) donde además de vídeos de actuaciones musicales hay algunas curiosidades.