Inés y la alegría, de A. Grandes


El primero de unos nuevos "episodios"

Ya tenía ganas de reseñar algo que no oliera a naftalina. Y gracias a la colaboración inestimable de mi amiga Isabel, que me lo ha prestado, puedo dar cuenta hoy de un libro de "rabiosa" actualidad. "Rabiosa" porque la primera edición en tapa dura de GRANDES, Almudena. Inés y la alegría. Barcelona: Tusquets Editores, 2010, es de septiembre de ese mismo año. Total sólo llevo medio año de retraso. Es posible, pues, que alguno de mis improbables lectores se hallen enfrascados en sus apasionantes 700 páginas al tiempo que lo he estado yo.
























 


Como casi todo el mundo, yo conocí a Almudena cuando, con 29 tiernos años, se alzó con el premio de novela erótica "La sonrisa vertical" su obra Las edades de Lulú, colección comandada por Berlanga, con un logo divertido, en formato casi de bolsillo. En un país tan machista como el nuestro, y más en aquella época, era bastante sorprendente un libro tan "caliente" de manos de una mujer. La historia se redondeó luego con su pase al cine. Quien no la había leído, se abalanzó sobre ella, y la novelita tuvo su segunda oportunidad. Más adelante la seguí en una serie de cuentos que utilicé con el alumnado de secundaria, en plan "animación a la lectura", siempre con gran éxito. Sin embargo, a pesar de su presencia en la prensa como articulista y en casi todas las campañas, republicanas o no, sus siguientes novelas, casi todas de gran extensión, no me habían logrado captar. No hay tiempo para leerlo todo.

Y he aquí que aparece la primera de un proyecto de amplio aliento, la primera de seis "Episodios de una Guerra Interminable", independientes entre sí y que desde su encabezamiento suponen un homenaje explícito a los de Galdós, de quien la utora se reconoce devota admiradora. y deudora. Yo también. Su pretensión es novelar la larguísima posguerra, el exilio, la oscura dictadura (perdón por la rima interna), la lucha constante contra el Régimen por parte del único partido político, el PCE, suficientemente estructurado y con fuerza para dar la batalla sorda desde la clandestinidad, o abierta, como en este intento de invadir España en 1944 por parte de 4.000 hombres, que pretendieron ocupar el Valle de Arán y que no pasaron de allí, por múltiples razones, entre las que una, no la menos importante, era que la gente no los esperaba, ni los recibió como ellos deseaban.

Del hecho histórico, bien documentado, la autora salta a lo que es propiamente literatura, la historia particular de la Inés del título y de uno de los mandos del ejército invasor, la UNE, un tal Galán, rodeados por otra serie de combatientes de aquel maquis, cada uno con su apodo, y su historia a cuestas. Un grupo de personas que, tras haber perdido una guerra, la suya, y un país y unos sueños, no se resignan a seguir luchando contra el fascismo alemán junto a los franceses de la Resistencia primero, y luego deciden, o lo deciden por ellos, este intento casi suicida por recuperar la patria perdida.

La novela se cuenta desde una triple perspectiva: la de Inés, un personaje tan galdosiano, de la estirpe de Fortunata; la de Galán; y la de la propia autora, para lo que son las partes "históricas". A veces esta dualidad de perspectiva hace que un mismo hecho se narre dos veces, con lo que lo vemos completo, con la información que el otro personaje narrador no tenía. Galdós también solía documentarse a fondo para sus Episodios y sus novelas, pero todo el contexto socio-político iba trenzado con la trama de la novela. Aquí la autora decide separarlos. Quien quiera saltarse esas partes, seguramente perderá información valiosa para entender la trama puramente novelesca. Esta alternancia de la misma desde ópticas diversas, más que ralentizarla, la densifica y potencia su eficacia dramática. Lógicamente, la sensibilidad de la autora, como mujer, se siente más cerca de Inés, que queda dibujada con más fuerza. También Galán, pero creo que es más redondo el retrato de ella.Grandes ha alcanzado una seguridad de estilo que la vuelve poderosa en sus metáforas, de gran fuerza expresiva, así como en el uso recurrente de frases completas que sirven para retratar a los personajes, o para pautar la narración a modo de ritornello. La estructura no es lineal. Hay un constante vaivén de fechas y de momentos que ralentizan los sucesos o nos los adelantan con su desenlace anticipado. Ya desde el principio me llamó la atención el hecho de que para describir a un personaje, la autora se permita 38 adjetivos, 38, ninguno superfluo ni redundante.

Probablemente, el segundo término del título tiene que ver con la insobornable actitud de la protagonista y su compañero y del resto de personajes que los acompañan en el intento del valle de Arán, luego en Toulouse y por último en Madrid, donde nadie los espera ni los acoge porque la sociedad ha cambiado tanto tras 40 años de dictadura, que ni saben que existieron ellos ni su gesta. Habrá que esperar sucesivas entregas. De momento no puedo hacer sino recomendar este libro de lectura envolvente, tierna en ocasiones, apasionante. De nada.

José Manuel Mora

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