Literatura de consumo: Carmen Posadas

Una fruslería

Para quienes estamos en esto de la literatura, como profesional desde hace 43 años (¡qué escándalo!), y como aficionado creo que desde los cuatro, cuando me ayudaban a deletrear los cuentos de Andersen (aquel El soldadito de plomo que me encogía tanto el corazón), existe una distinción entre lo que Cortázar llamaba "novela tipo rollo chino" y la Literatura, con mayúsculas. La novela que voy a comentar pertenecería al primer grupo.

Lejos de mí ningunear a alguien que ha sido capaz de pergeñar, que diría mi padre, 359 páginas "de limpia y apretada prosa". Yo no llegaré a tanto nunca. El subtítulo de la entrada hace más bien referencia al tipo de apuestas editoriales que los grandes grupos de nuestro país, y no sólo, han decidido colocar en los escaparates: tapa dura, atractiva sobrecubierta, edición cuidada y por lo tanto cara.

Vaya por delante también que desconocía a la escritora, y su libro. POSADAS, Carmen. Invitación a un asesinato. Barcelona: Planeta, 2010. ¿Cómo llegó a mis manos? No por recomendación amistosa, sino fruto de la asistencia a la concesión del Premio Azorín de este año, generosamente dotado por la citada editorial. En dicho acto se nos obsequió a los asistentes con la novelita de marras.


Me entero ahora de que se trata de una escritora hispano-uruguaya, una "chica joven de mi edad" casi, conocida por trabajar para Televisión Española en su programa Entre líneas y por haber estado casada con el director del Banco de España. Todo esto es cotilleo. Más importante resulta que su carrera de escritora se remonte a 1996 y que no haya parado de escribir, en una obra que incluye, por supuesto, el Planeta. Otro mérito, aunque no sea más que por lo económico. Además ha sido traducida a más de veinte idiomas. Enigmas de los best seller , aunque no haya llegado a tanto.


Vayamos, pues, al comentario de lo que me ha tenido entretenido una veintena de días. De entrada, tanto el título del libro, como el de alguna de sus partes, Diez negritos, me retrotraían a mi periodo de lector adolescente, cuando por poco dinero fui acumulando una colección firmada toda ella por Dª Agatha Christie; de hecho la propia autora la homenajea con una cita introductoria perteneciente a Cianuro espumoso, nombre con el que bautiza el barco donde sucede el crimen. Posadas reconoce que su obra cosntituye un divertimento. Como tal hay que tomarlo, pues.

Entre las virtudes, ya que no la originalidad del argumento, se pueden señalar la capacidad de adaptación a la forma de hablar de cada personaje, que están bien caracterizados, aunque resultan un tanto esquemáticos. La ironía con la que trata toda la trama es otra de sus bazas. Sin embargo, hace trampas, al cambiar de punto de vista sin motivo aparente: de una 3ª persona omnisciente, pasa a ser la conciencia de uno de los personajes que es el que acaba escribiendo toda la novela, aunque en su primera parte fuera imposible que lo hubiera hecheo.

Como conclusión baste decir que, aunque no la considero imprescindible, puede ser una buena lectura de verano. Además, y como enseñan los que dan cursos de animación a la lectura, cualquier libro es bueno si nos engancha y nos mantiene viva esa costumbre cada vez más en desuso que es la de leer.

José Manuel Mora


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