En un mundo mejor, de Susanne Bier

¿En un mundo mejor?

La peli de hoy lleva ya varias semanas en cartel. Probablemente el hecho de haber ganado el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, haya ayudado en algo. Eso y que el final es de los que gustan a la Academia. No sé si se mantendrá; si es así, creo que merece la pena su visionado. Y paso a decir por qué.

Susanne BIER ha dirigido En un mundo mejor ( Haeven) en 2010, despegándose ya de la estética de la escuela en la que se formó, Dogma, con un estilo contenido a pesar de que la historia se prestaba a desmadres de tratamiento e interpretación y en la que la música, de tono minimalista, acompaña sin molestar.

De entrada, el acoso escolar con el que se inicia el film, en la contenida y educada Dinamarca, a mí ya me ha enervado. He llevado siempre mal los ataques de los matones en los centros en los que trabajé, dirigidos siempre a gente más débil, nunca contra sus iguales. En paralelo corre el matonismo acompañado de la brutalidad más abyecta en lo profundo de África, donde uno de los protagonistas adultos trabaja como médico cooperante, Mikael Persbrandt, desconocido aquí, pero de un gesto sobrio, contenido, justo el que se necesitaba para hacer creíble su postura de respuesta a la violencia en ambos sitios. ¡Qué difícil resulta mantener la cordura y el equilibrio en determinadas situaciones!

Es interesante el contraste de dicha respuesta entre los adultos y los preadolescentes, con su enfermiza relación de dependencia, que son los otros grandes protagonistas de la historia, con lo difícil que resulta dirigir y hacer que parezcan creíbles críos de esa edad. A la vez es muy interesante comprobar las reacciones de profesores, policías, padres, ante unos hechos tan graves como los que aquí se presentan.

La directora pretende explicar las conductas de cada uno de los personajes para hacer que todo encaje. A ello me refería al inicio cuando hablaba del gusto "jolivudense". Más que la lágrima fácil que en algún momento podría haber tentado a la auttora, lo que me parece admirable es la manera de mantener la tensión que crea en las distintas situaciones. Los planos desde las alturas de la harinera son cruciales por lo que anuncian.

Y uno se plantea: ¿Cuál sería mi reacción en alguno de estos casos? ¿Devolver los golpes? ¿Encajarlos? ¿Realmente vivimos en un mundo mejor que el de la violencia enloquecida de lo profundo del África? La directora plantea que en ambas sociedades existen salvajes, y personas que ayudan y se redimen a través del apoyo mutuo y el amor.

José Manuel Mora

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