Excusatio non petita, acusatio manifesta
Una pequeña explicación que nadie me ha pedido. Los muy observadores tal vez se hayan fijado en que he incorporado un pequeño banner al margen inferior derecho, referente a la Librería Cilsa. Si hubiera sido la FNAC o La Casa del Libro, tal vez no le hubiera dado alojamiaento en estas páginas.
El proceso de edición de un libro es harto azaroso, como recordarán quienes seguían mis clases de Edición y Comercio en el MBAD. Desde que el autor escribe su obra, hasta que es seleccionada por una editorial y ésta la imprime para luego distribuirla y que consiga llegar a la mesa de novedades, pasa no sólo tiempo, sino un cúmulo de avatares.
Más cuando el mercado español está sobresaturado. La tirada está en torno a los 1.500 ejemplares y no hacen más que aparecer títulos que desbordan mesas, estanterías y la atención del conspicuo lector. Tal vez debería usar "lectora", puesto que en nuestro país son más mujeres que varones quienes leen. Así que, como no caben, su paso por la zona de "novedades" es efímero. Si encima, quien llega con ánimo de llevarse un libro a casa no tiene una idea clara, los grandes almacenes de libros son más un laberinto que un lugar donde satisfacer curiosidades.
Por eso las viejas librerías que van desapareciendo del panorama, lenta pero implacablamente, deberían ser consideradas "en peligro de extinción" y por tanto protegibles. En ellas todavía habrá alguien que sepa de libros y no sólo de vender. Podrá por ello orientarte en tu búsqueda, comentarte lo que otros clientes han dicho sobre lo que tú persigues, ser mediador. Ya sé que las páginas de la red están llenas de comentarios de todo tipo, pero no sabemos casi nunca quién opina y por eso tampoco conocemos su criterio y si nos es válido o no.
Así pues, éstas son la razones que me han llevado a incluir el anuncio arriba señalado. No me va ningún interés crematístico en ello, sino simplemente seguir defendiendo esos territorios en peligro que son las librerías.
José Manuel Mora
Una pequeña explicación que nadie me ha pedido. Los muy observadores tal vez se hayan fijado en que he incorporado un pequeño banner al margen inferior derecho, referente a la Librería Cilsa. Si hubiera sido la FNAC o La Casa del Libro, tal vez no le hubiera dado alojamiaento en estas páginas.
El proceso de edición de un libro es harto azaroso, como recordarán quienes seguían mis clases de Edición y Comercio en el MBAD. Desde que el autor escribe su obra, hasta que es seleccionada por una editorial y ésta la imprime para luego distribuirla y que consiga llegar a la mesa de novedades, pasa no sólo tiempo, sino un cúmulo de avatares.
Más cuando el mercado español está sobresaturado. La tirada está en torno a los 1.500 ejemplares y no hacen más que aparecer títulos que desbordan mesas, estanterías y la atención del conspicuo lector. Tal vez debería usar "lectora", puesto que en nuestro país son más mujeres que varones quienes leen. Así que, como no caben, su paso por la zona de "novedades" es efímero. Si encima, quien llega con ánimo de llevarse un libro a casa no tiene una idea clara, los grandes almacenes de libros son más un laberinto que un lugar donde satisfacer curiosidades.
Por eso las viejas librerías que van desapareciendo del panorama, lenta pero implacablamente, deberían ser consideradas "en peligro de extinción" y por tanto protegibles. En ellas todavía habrá alguien que sepa de libros y no sólo de vender. Podrá por ello orientarte en tu búsqueda, comentarte lo que otros clientes han dicho sobre lo que tú persigues, ser mediador. Ya sé que las páginas de la red están llenas de comentarios de todo tipo, pero no sabemos casi nunca quién opina y por eso tampoco conocemos su criterio y si nos es válido o no.Así pues, éstas son la razones que me han llevado a incluir el anuncio arriba señalado. No me va ningún interés crematístico en ello, sino simplemente seguir defendiendo esos territorios en peligro que son las librerías.
José Manuel Mora
Comentarios