El marido de Alicia, de Félix Grande: Sobre el amor y la separación,

Novella para gente vivida

En tiempos de Cervantes se solía utilizar el término novella, tomado del italiano, para narraciones cortas, al estilo de lo que se hacía en Italia. Más tarde se generalizó para relatos de cualquier tipo de extensión. El que paso a comentar se corresponde con la antigua acepción, ya que apenas se extiende a lo largo de 28 páginas. GRANDE, Félix. El marido de Alicia. En Sobre el amor y la separación. Valdemar: Madrid 1996. A ello le he dedicado algún rato perdido en Newcastle, donde fui a visitar a mi sobrino Kiko, visita de la que tendréis cumplida noticia a mi regreso en las etiquetas de "bibliotecas".

¿Por qué el subtítulo de la entrada? Tal vez porque hace falta haber vivido lo suyo, como es el caso del autor, para reflexionar de manera tan honda sobre el paso del tiempo y sus estragos. Naturalmente que puede haber gente joven que haya experimentado la sensación con la que se inicia el libro a través de la cita de W. Falulkner: "Ahora el tiempo, el mundo líquido, volvió a precipitarse por debajo de él". Sin embargo es necesario haber vivido mucho para llegar a las líneas finales de generosidad y de inquietud vital permanente.

¿Se puede estar celoso de uno mismo, de uno mismo en el momento del "esplendor en la hierba", cuando la arrolladora y potente juventud? ¿Cómo puede uno luchar contra semejante competidor, uno mismo con treinta años menos y todos los proyectos por cumplir, cuando a uno le van quedando "mementos", más que proyectos? F. Grande parece pensar que un modo podría ser la literatura, algo breve e intenso, hermosa y poderosamente escrito, con un uso del juego metafórico asombroso, como la novella que he tenido entre manos, una confesión en el límite de lo posible. Y no debo ir más allá, para no estropear el final.

Quienes, entre mis improbables lectores, hacen caso de alguna de mis sugerencias, siempre tan personales, pueden estar seguros de que no se verán defraudados. Si tienen "una edad", porque se sentirán atrapados desde las tripas; si todavía son jóvenes, porque podrán empatizar con quienes hemos dejado de serlo y pre-ver lo que pronto o tarde acaba sucediendo. Buena lectura, desde Newcastle.


José Manuel Mora

P.S. Me dicen mis informantes que está descatalogado, pero para eso, entre otras cosas, están las bibliotecas, las librerías de viejo y ahora "la red". Además, y para los morbosos, he de decir que ganó el premio Felipe Trigo, narrador que fue de literatura erótica. A ver si picáis.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me encantan tus tips! Soy Zapata. Aunque en esta etapa de la vida tengo poco tiempo para leerlos y menos para ponerlos todos en práctica! Queridísimo profe, te dedico un poema de Leonel Rugama, poeta y guerrillero nicaraguense que murió luchando contra la dictadura de Somózar mientras gritaba: 'Que se rinda tu madre!' Muy oportuno para estos tiempos que necesitan de anarquía, comunismo, solidaridad. Escribe sobre los pobres de Acahualinca, un lugar en Managua al que quiero profundamente:

La tierra es un satélite de la luna.
El Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.

El Apolo 3 costó más que el Apolo 2
el Apolo 2 costó más que el Apolo 1
El Apolo 1 costó bastante.

El Apolo 4 costó más que el Apolo 3
el Apolo 3 costó más que el Apolo 2
el Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.

El Apolo costó un montón, pero no se sintió
porque los astronautas eran protestantes
y desde la luna leyeron la Biblia,
maravillando y alegrando a todos los cristianos
y a la venida el papa Paulo VI les dio la bendición.

El Apolo 9 costó más que todos juntos
junto con el Apolo 1 que costó bastante.
Los bisabuelos de la gente de Acahualinca tenían menos hambre que los abuelos.

Los bisabuelos se murieron de hambre.
Los abuelos de la gente de Acahualinca tenían menos hambre que los padres.
Los abuelos murieron de hambre.
Los adres d ela gente de Acahualinca tenían menos hambre que los hijos de la gente de allí.
Los padres se murieron de hambre.
La gente de Acahualinca tiene menos hambre que los hijos de la gente de allí.

Los hijos de la gente de Acahualinca no nacen por hambre,
y tienen hambre por nacer, para morirse de hambre.

Bienaventurados los pobres porque de ellos será la luna.