Vicente Ramos

El director de la Gabriel Miró

Ya he dicho en alguna ocasión que no soy amigo de obituarios. De hecho en estas páginas figura sólo el de Sábato. Sin embargo, y fiel a mi propuesta de admitir colaboraciones firmadas, me ha llegado, vía Luis Emilio, la de una antigua alumna del MBAD, que consiguió trabajar después en la Gabriel Miró. Así pues, la cuelgo tal cual ella la envía, reservándome, como todo el mundo, el derecho al comentario.



¡ADIÓS, D. VICENTE, ADIÓS!

Si hablamos de una ciudad, Alicante; si hablamos de un escritor, Gabriel Miró; de una fecha, 1952; y si lo unimos todo en uno, Vicente Ramos, y a su frente un símbolo, una institución, una referencia, la Biblioteca Gabriel Miró.
Un hombre que, con aceptación entusiasta y entrega vital se dedicó, desde el minuto uno de su creación, a luchar porque dicho centro fuera un lugar de referencia en la ciudad de Alicante, para la cultura, el pensamiento y sobre todo para difundir a aquel escritor que daba nombre a la Biblioteca, algo desconocido, y a su obra desde lo más profundo, como antes nadie lo había hecho.
Más especial si cabe, cuando desde Madrid se trasladó la biblioteca personal de Miró y su despacho, a la biblioteca que actualmente se encuentra en la avenida Ramón y Cajal de Alicante.
Mi relación con D. Vicente fue mínima, pero lo poco que lo conocí me sirvió para ver en sus ojos a una persona que lo daba todo por los demás, que haría cualquier cosa por ayudar y facilitarte el trabajo. Una persona cercana, cariñosa, discreta, sencilla, amable y llena de conocimiento y sabiduría, que deja y ya para los años venideros, su extensa obra acerca de sus escritos , acerca de Alicante y de su escritor, Gabriel Miró.
A partir de ahora nos tendremos que acostumbrar a apreciar su obra, a leer la infinidad de sus texos y a seguir queriéndolo, como él quería a su Biblioteca, y a su ciudad, en la que doy fe, por fuentes muy cercanas a mí, pasaba horas y horas escribiendo cuando antiguamente se ubicaba en la calle Rafael Terol.
No dejemos que ninguna de las dos llamas se apague ni la de D. Vicente ni la de su Biblioteca, porque, ¿qué sería una cosa sin la otra y viceversa? Si sé todo esto y alguna cosa más, es porque tuve el honor de trabajar en ese rincón, en ese hueco que el día 2 de junio se quedó un poco huérfano, un poco triste al escuchar su pérdida, al sentir que dentro de él faltaba algo que lo vio nacer. Dejemos que permanezca la esencia de sus escritos en ese lugar privilegiado, en este rincón de Alicante emblemático, simbólico y referente de su ciudad, de nuestra ciudad.
Como dijo él mismo en una entrevista el 11 de julio de 2009 ,realizada por Fernando López de Rego: “Mi vida, al igual que otra cualquiera, se ha ido haciendo con mucha ilusión y no menos trabajo por un cauce muy concreto con aciertos y equivocaciones, con tristezas y alegrías, procurando respetar y respetarme, sin envidiar a nadie ni a nada. Si he logrado que la amistad tenga asiento real en el mundo de mi espíritu y que mi obra sea positiva y útil a la sociedad, me doy por muy satisfecho
D.E.P.
D. Vicente Ramos Pérez, nunca te olvidaremos.
Eva María Galán Sempere, exalumna del MBAD.


Comentarios

MBAD ha dicho que…
Desconozco la obra de investigación llevada a cabo por V. Ramos, por lo que no puedo opinar. Sí me parece destacable su actuación en la puesta en marcha de la Gabriel Miró, como señala en la prensa de hoy, su continuadora en la dirección de la misma, Rosa Monzó, de gratísimo recuerdo para el alumnado del MBAD y para quienes con ella hicieron las prácticas.
Menos me interesa la actitud "alicantinista" de Ramos. No veo ningún mérito en nacer en un sitio determinado.
Anónimo ha dicho que…
Hola, respecto a tu comentario de la actitud "alicantinista" de D. Vicente creo que estas en un error.
D. Vicente no planteo el tener mérito por ser alicantino, con lo que no se a partir de que fuentes puedes tener esa opinión.
El término de "alicantinidad" de D. Vicente viene dado, fundamentalmente, por su análisis de la literatura alicantina (aspecto en el que no hay mayor experto que D. Vicente), encontrando una serie de puntos en común entre autores alicantinos tales como Gabriel Miró, Azorín, Altamira, Miguel Hernández o Gabriel Sijé.
En resumidas cuentas, la concepto de "alicantinidad" es algo más complejo que reducirlo vilmente a un simple comentario de "no veo ningún mérito en nacer en un sitio determinado".