Documentación judicial

De la documentación y de su tratamiento

De entre los viejos moduleros que todavía recuerden su paso por las aulas del V. del Remedio, es posible que haya quienes, con el acceso a su vida profesional, sean ahora más conscientes de aquello que decía en clase respecto a que el futuro de los estudios en que se formaban era la documentación. Las antiguas bibliotecas, los archivos, se van convirtiendo en centros de gestión documental. Y así, la documentación específica requiere de especialistas en cada materia: gente preparada para trabajar con información médica (analíticas, radiografías, historiales clínicos...), o como el caso del que me quiero ocupar, con documentación jurídica, aunque no siempre los profesionales encargados de hacerlo tengan una formación específica. Ese sería otro tema.

Uno de los problemas de la justicia en nuestro país es la consabida lentitud, por no entrar en otros de diferente y tal vez más grave índole. Una de las causas de la misma está en la falta de coordinación entre los diferentes juzgados. Con las herramientas de la electrónica, tener los documentos escaneados evitaría la acumulación de papel que en ocasiones resulta grotesca. Si además los juzgados estuvieran interconectados a través de la red, la información entre jueces y letrados sería instantánea. Parece que habrá que invertir bastante más de lo que se hace en estos momentos en este capítulo para lograr ese desideratum.

Sin embargo parece que se van dando pasos y el Centro de Documentación Judicial acaba de poner a disposición de ciudadanos y profesionales del ramo nada menos que cuatro millones de sentencias de todos los tribunales españoles. Para los casos de justicia comparada, para conocer precedentes, para poder apelar en función de lo acordado en otras salas, esta información puede ser un instrumento cuasi revolucionario. Todo ello se gestiona desde una base de datos que puede presumir de ser la más grande de todos los países de la U. E. Todas las sentencias que en ella se incluyen han sido previamente tratadas, escaneadas, eliminando los nombres concretos, para preservar la privacidad. Incluirá sentencias de países de América Latina. Si a ello se añaden 9.000 publicaciones especializadas, que antes se editaban en papel y que ahora se podrán consultar en línea, más la conexión con el B.O.E. para acceder a sus fondos, el adelanto aún es mayor.


Ahora bien, ¿cómo se recupera ese caudal ingente de información? Habrá un buscador único para todos los tribunales, con un tesauro de 21.000 voces diferentes. Seguramente recordaréis con pavor la amenaza que suponía tener que elaborar uno en clase como trabajo de final de curso. Seguramente ello os haga más comprensible las ventajas de semejante herramienta documental. Las sentencias se podrán localizar por texto literal, por conceptos (p.e. "alquiler de vivienda", o "divorcio") etc, lo que pondrá de manifiesto cuáles representan modificaciones o avances que merece la pena tener en cuenta. El coordinador de todo este trabajo, Joaquín Silguero, considera que con este procedimiento se pasa de "la sociedad de la información", a la "sociedad de la gestión del conocimiento". La documentación y su tratamiento, ya digo.

José Manuel Mora

Comentarios

hiparco ha dicho que…
Gracias por el post. Me puede interesar.
Anónimo ha dicho que…
Pero toda esta "realidad" ¿dónde ocurre? porque no es la realidad de nuestra comunidad. Aquí estamos a años luz de todo esto (y lo digo con conocimiento de causa). Sería fantástico que a los archivos judiciales (los de oficina y los centrales) solo llegara una mínima documentación para archivar, dispusiéramos de programas informáticos para gestionar el archivo, lugares de trabajo con unas condiciones mínimas (por mínimas que fueran) y un largo etcétera.
Los pasos a seguir son muy lentos y hoy por hoy quasi inexistentes. No podemos ponernos a digitalizar documentación como locos, sin antes pararnos a pensar y ser conscientes de que la documentación física que hoy por hoy custodiamos en los archivos judiciales todavía no la gestionamos correctamente.
MBAD ha dicho que…
De todas esas necesidades hablaba, aunque de forma escueta, ya que yo no conozco la "realidad" desde dentro, pero la puedo imaginar. No gestionarla correctamente imagino que tendrá que ver con la falta de una formación específica en gestión documental, para lo que habría que contar con más dinero. En fin...