Murdoch: El papel de la prensa

El caso Murdoch

Un poco de historia. Los orígenes de la prensa escrita se remontan al s.XVII en Suecia, Países Bajos, Gran Bretaña y Alemania. Esto se debe a que las primeras hojas volanderas se imprimían para dar a conocer la situación de mercados de zona: precios de las materias, existencias, problemas con los abastecimientos...Cuando el número de páginas fue aumentando, se incluía en la última una serie de informaciones curiosas: un terremoto, una helada, un conflicto bélico...Así que desde antiguo el componente de"curiosidad" aparece como integrante de la prensa escrita. Durante el s. XVIII se constituyó como un vehículo de discusión de ideas. Las "luces" tienen mucho que agradecer a estos foros de opinión. Lógicamnete pronto empezaron a teñirse de ideología y así quienes escribían en ellas defendían la suya. Los salones elegantes vieron aparecer un público femenino, cada vez más letrado, al que se entretenía con informaciones livianas, como acontecimientos sociales y saraos varios. A todo ello se fueron añadiendo textos de carácter literario: poemas, artículos de costumbres e incluso novelones por entregas. Así publicaron Dickens, Balzac, Clarín, Galdós, la Pardo...

Pero a finales del XIX Mergenthaler inventa la linotipia y pasamos a la prensa tal y como la conocemos hoy día, de tipo industrial. Al multiplicarse la rapidez en el proceso de impresión y al conseguirse la oportunidad de incluir ilustraciones, se multiplica también el número de ejmplares y la difusión de los mismos. Se añade la prensa obrera como modo de defensa de los intereses de los trabajadores. Pablo Iglesias, de hecho, fue tipografo. Aún se daba la lectura en voz alta porque eran muchos los iletrados. Los partidos políticos dominaban las redacciones de las diferentes cabeceras. Sin embargo, "el amarillismo" comenzaba a hacer de las suyas, como se puede ver en la siguiente foto. Parece que el morbo vendía.

Cuando ya en s. XX, durante el franquismo, la política estaba excluida de las publicaciones periódicas, ocupadas por la ideología del partido único, hubo cabeceras que se enseñorearon de los quioscos a base de vender asesinatos, robos, y demás delincuencia. No sólo en España, claro. Con la democracia este tipo de publicaciones fue decayendo. Interviú quedaría como el máximo exponente de las revistas en las que se informaba a fondo de determinados temas, pero a a base de portadas llamativas. Por decirlo suave.

En esa línea de material periodístico los británicos han dispuesto siempre de abundancia de cabeceras diferentes, los conocidos como tabloides. Parece que los usuarios son enormemente aficionados al tipo de noticias que daba News of the world, perteneciente a la News Corporation de la que es dueño mayoritario Rupert Murdoch. Su poderío en los medios de comunicación, no sólo escritos sino de televisión, hace que le venga a uno a la memoria la imagen del Ciudadano Kane, que tan bien plasmó Orson Welles en la película homónima.

La pregunta que cabe hacerse es: ¿debe la prensa atender los gustos de sus clientes y alimentar su afición al voyeurisme? (Véase Berlusconi con sus televisiones) ¿Convendría que atendiera más a la formación de los lectores? Y ya puestos, ¿es sensato pensar que en aras de conseguir la exclusiva más impactante, los periodistas contraten policías que les ayuden en sus investigaciones? ¿Que se pinchen teléfonos y se espíe a particulares? ¿Que los políticos se dejen presionar por el magnate para no perder su favor y los votos de los lectores que lo siguen e incluso nombren potavoces a antiguos jefes de redacción del diario en cuestión? ¿Es creíble que el pájaro se descuelgue ahora diciendo que no sabía nada? ¿Los periodistas actuaban por libre y pagana de su bolsillo a los policías corruptos? Parece que los parlamentarios británicos no van a soltar el bocado tan fácilmente. Y las dimisiones se suceden, sin necesidad de esperar un par de años como en nuestra tierra, ni atender a las decisiones de un juez. La responsabilidad política no tiene nada que ver con la penal. Tendrán que ir hasta el fondo. Con Murdoch, con Cameron, e tutti quanti.

Queda como elemento esperanzador el que todo el "pastel" se ha destapado gracias a la labor de otros periodistas que consideran su tarea con mayor seriedad, los del diario The Guardian; del mismo modo que fueron también periodistas los que dieron al traste con la carrera de Nixon tras destapar el asunto del Watergate, donde se espiaba a los miembros del partido rival. Habrá que seguir batallando por lo evidente...

José Manuel Mora

Comentarios

hiparco ha dicho que…
Cuando se formuló la expresión "cuarto poder" también se incluía la posibilidad de su corrupción, de la ausencia de su independencia por connivencias con centros de presión ajenos al deber de información veraz y al respeto de las reglas del juego; este "cuarto poder", demasiado sublimado pues ha de alimentarse del las habichuelas de cuantos más lectores mejor, es proclive al exceso; pero esa libertad necesaria conlleva esos riesgos, y el sistema de contrapesos, con el tiempo se hace ver.