De la gestión documental

Nova collita

Esta mañana he vuelto al IES Virgen del Remedio, que me acogió durante 18 años de mi vida laboral nada menos. Y he subido de nuevo al aula del MBAD, donde pasé la mayor parte de los últimos diez años de mi vida profesional. Aunque el aula era la misma, el decorado había cambiado. Estaba llena a rebosar, la nova collita del título de la entrada. Imagino que, entre otras razones, la crisis hace ver a la gente la necesidad de reciclarse o completar la formación. Es incluso posible que haya amantes de esos extraños lugares, no sé si llamados a desaparecer, que son las bibliotecas. Además la consecución de un "aula digital", estoy seguro de que, no sólo facilita la tarea del profesorado, sino que permite hacerse experto en lo que considero acabará siendo la labor del bibliotecario en un futuro que ya es presente en muchos sitios: gestor documental, entendido este último término latu sensu. Por eso se precisan cada vez más especialistas en "documentación" en cualquiera de las áreas empresariales. Si esta tarea se le encarga al último en llegar o a quien, más antiguo en la empresa, conoce sus entresijos, pero no las técnicas de indización y clasificación y de recuperación posterior de la información, difícilmente podrán cumplir con su cometido.

Y así, el área en la que menos piensan muchos de los que se matriculan en el el MBAD, está llamada a ser la de mayor importacia en el futuro de la gestión de archivos y bibliotecas y de cualquier otra entidad que maneje un importante número de documentos. Para ello la red es ahora un instrumento imprescindible, pero hay que saber moverse en ella para no perder demasiado tiempo, para saber qué páginas son las que realmente gozan de la autoridad necesaria, o para ir de un enlace a otro con precisión y atendiendo no sólo al lugar que ocupa la página en Google (muchas veces fruto de un algoritmo atento a razones espúreas), sino sabiendo cuál es la que de verdad interesa consultar.

En una visita de estudios para profesorado, pagada por la U.E., dentro del programa Leonardo, descubrí en la biblioteca pública de Viadana, un pueblecito en la Emilia-Romagna, Italia, que la bibliotecaria, a la hora de atender al usuario, disponía de dos pantallas de ordenador a cada lado del mostrador, de modo que aquél seguía en la suya los pasos de la búsqueda que la experta realizaba en la propia, y así aprendía a moverse por la red. Sencilla la educación del usuario, ¿no?

Como ya habrán dicho en clase, el curso es intensivo por lo breve y requiere de atención y esfuerzo. Creo que al final todo se ve recompensado una vez que se realizan las prácticas. Mi experiencia ha sido la de perdicbir la satisfacción de los egresados. Quedáis invitados a participar en este blog con vuestros comentarios o vuestras colaboraciones. Mucho ánimo y adelante.

José Manuel Mora.

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