1Q84, Más Murakami

¿Será esto la posmodernidad literaria?

No va a ser ésta una reseña al uso. Luego explicaré por qué. Si el curioso lector de estas páginas se tomara la molestia, comprobaría que de este autor es del único que se incluyen comentarios a varias de sus obras. ¿Se puede hablar de moda? De hecho parece que entre la juvenalia tiene un gran predicamento y, según algunas páginas de seguidores, sus libros se esperan con auténtica expectación.

Doña Esther, Tusquets, con buen olfato, se aprestó a editar un primer volumen de la obra que voy a comentar (más de 700 páginas de limpia y apretada prosa), que incluía los dos primeros libros. Los lectores tuvieron que esperar unos cuantos meses para ver en las librerías el segundo volumen, que incluye la 3ª parte de la obra. Todo coadyuva a que se reciba con auténtico deseo por sus seguidores, ya que el primer volumen dejaba la historia inconclusa. MURAKAMI, Haruki. 1Q84. Barcelona: Tusquets, 2011.

Por un error de SS.MM.RR.MM., lo que dejaron en mis zapatos en enero de este 2012 que iniciamos fue este Libro 3 del que hablaba. Asustado por lo voluminoso de los dos primeros, decidí sumergirme directamente en la lectura de éste. No tenía muy claro si podría coger el hilo de lo narrado, aunque en la contracubierta se me daba alguna pista y pensé que el autor haría referencia a lo anterior en las páginas del que tenía entre manos. Además, la cubierta era tan sugerente...Entre Orwell y Magritte. Y así ha sido como, en menos de un mes, me he fundido la 414 páginas de la parte concluyente.

La grafía del título tiene que ver con el hecho de que en japonés, el número 9 y la letra Q tengan el mismo ideograma, con la consiguiente posibilidad de equívoco. La historia se desarrolla entre dos mundos, el del año 1984, de aparente normalidad, y este otro 1Q84 en el que , por ejemplo, existen dos lunas, entre otras lindezas. Su estructura es sencilla, puesto que está armada en torno a dos de los personajes del primer volumen, Tengo y Aomame, a los que se añade la figura de un investigador privado, Ushikawa. Cada capítiulo se narra desde la perspectiva de uno de ellos, con lo que la variedad de voces, de psicologías, de actitudes ante la vida, de antecedentes personales, aseguran de entrada una variedad. Unos a otros se complementan, se anticipan, se modulan en lo que nos dejan saber o lo que nos ocultan. Son tres personajes que se hallan descontentos y desubicados en el mundo que les ha tocado vivir. Luchan entre la soledad y las ansias de amar y ser amados.

Hay un mundo real del que han salido los personajes para ingresar en el ficcional, casi onírico, en el que los jóvenes pugnan por encontrarse para huir juntos de la pesadilla, un mundo este último en el que la escritura de una novelita por uno de ellos puede estar alterando el juego de poderes. El autor sabe dosificar muy bien la espera, la búsqueda del detective, el descubrimiento de los sentimientos de cada uno de ellos, con sus motivaciones y sus decisiones siempre complejas. Sin embargo, salvo ese juego entre realidad y ficción, casi cervantino, que me ha llevado a acabar el libro para ver cómo lo resolvía el autor, me deja frío, bastante distante de toda esa problemática que no acaba para mí de cuajar. ¿Me faltan datos del primer volumen? ¿Sucede que soy un lector demasiado curtido por años y libros? ¿Llego tarde a esta nueva tendencia literaria? Ahí lo dejo. Se admiten comentarios de quienes tengan más elementos de juicio. La próxima reseña será de un clásico del XIX. Tengo que seguir rellenando mis lagunas.

José Manuel Mora

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