La Germán Sánchez Ruipérez

Del oficio de editor

En alguna entrada anterior he comentado que soy poco dado a los obituarios,signifique esta palabra lo que quiera. El que dedique ésta al editor Germán Sánchez Ruipérez (Salamanca 1927 - Rep. Dominicana 2012) se debe a no haberlo hecho tras una de las visitas que con el Módulo realizamos a su Fundación en Salamanca.

Antes de llegar a lo que me interesa, un par de notas para los no salmantinos, los no versados en el mundo de la edición o simplemente en el de los libros. Todos los que estudiábamos allí conocíamos enseguida de la existencia de la Librería Cervantes, que su padre regentó y que le fue requisada por desafecto, y de la que luego él se hizo cargo, y en la que se podían conseguir a media voz libros prohibidos por la dictadura franquista, algo tan peligroso como el Requiem por un campesino español de R. J. Sender. Y los de Románicas acabábamos pronto con aquel imprescindible Cómo se comenta un texto literario de Lázaro -Correa, ediatado por Anaya (sí, como el palacio en el que estudiábamos antes de trasladarnos a Anayita) y que Ruipérez fundó en 1958.

En clase del MBAD solía comentar la mixtura presente en la figura de un editor: parte de industrial capaz de estar atento a los avatares del mercado, y parte de intelectual curioso e inteligente, que ventea por dónde soplan las nuevas tendencias y que son capaces además de encauzarlas. De esta pasta era D. Germán, que llegó a albergar bajo su sello 150 cabeceras editoriales. En 1989 compró otra de las míticas para los afanados lectores de la época: Alianza. Una de mis primeras actividades en clase con los recién llegados era mostrarles la exigua biblioteca de aula y, cuando llegaba el momento de enseñar las diferentes partes de un libro, solía recurrir a ejemplares editados por la G.S.R., que siempre eran ejemplo de cuidado y buen hacer. En 1997 vendió Anaya al grupo francés Hachette, pero en el ínterin (?) había tenido tiempo de crear lo que pienso que posee mayor interés para el alumnado de biblioteconomía y lectores en general.

Esta fundación (http://www.fundaciongsr.com/) se creó en 1981 con el objetivo de apostar por la difusión de la lectura. Posee tres sedes, una en Peñaranda, otra en Madrid, y la que solíamos visitar en nuestros viajes de estudios, en Salamanca. Además de la amabilidad con la que me trataban como Coordinador del Módulo y las facilidades que nos ofrecían para la vista, lo primero que llamaba la atención al alumnado del MBAD eran las salas de la planta baja dedicadas a los prelectores (???), a los infantes y a la juvenalia. Lógicamente la primera iba dirigida a sesiones para padres y bebés, en un ambiente de cuento que propiciaba la dramatización, el cuentacuentos, los títeres...

A las secciones infantil y juvenil se solía acudir desde los centros educativos, acompañados del profesorado. La Fundación es muy consciente de la necesaria alianza con quienes están más tiempo junto a las criaturas: padres y maestros, como bien sabe nuestra insigne Dolors Insa (¿cómo si no, conseguir en un pueblo de 11.000 hab., Cocentaina, la friolera de 9.000 carnés de socios de la biblioteca?). Lecturas propuestas con librofórum posterior, presentación de novedades, encuentros con escritores en vivo y en directo...porque saben que una vez que han logrado la costumbre lectora, será más fácil que suban por su cuenta al piso de arriba, que alberga la biblioteca, con libros, discos, deuvedés, juegos de ordenador, comics..., y en la que ya familiarizados con las búsquedas, pueden realizarlas por sí mismos en las patallas que allí se encuentran y que dan acceso al fichero electrónico de sus fondos.

Crearon además una página que siempre he recomendado para orientar sobre lecturas convenientes, que me parece además estupendamente diseñada por lo atractiva y clara que resulta: http://www.sol-e.com/.
Y al final subíamos al piso superior donde se encontraba la sección de documentación, en la que se les explicaba a los alicantinos cómo tratar la ingente información que manejaban y les hablaban de la importancia de los tesauros, con los que tantos años los amenacé. Tras casi cuatro horas, salíamos exhaustos y encantados. Creo que todo lo anterior puede servir de aliciente para acercarse por allí, con cita previa si se quiere una visita guiada, o simplemente como usuario sin más.
El último proyecto de este hombre no lo ha podido ver concluído. Se trata de la Casa del Lector, que tendrá su sede en lo que fue el Matadero de Madrid y que se está transformando, con sus salas de exposición, teatros y salas de conciertos y ahora esta última aportación, en uno de los centros de difusión cultural más importantes del sur de Europa, si es que la crisis y los recortes no lo impiden. Se abrirá en otoño bajo la dirección de César A. de Molina. Aquí dejo un pequño vídeo que permite hacerse idea de la envergadura del proyecto y el enlace para consultas más extensas: http://www.fundaciongsr.com/seccion_menu.php?a=84&tipo=N&id=106. Insisto, de nada.

José Manuel Mora.









Comentarios