De lo quebradizo del ser humano
He aquí una película atípica. Creo que los entendidos la etiquetan como indie, que traducido al sermo vulgaris, sería un filme rodado con cuatro cuartos y media docena de actores, al margen de los canales habituales "jolivudenses". Como, a pesar de los premios de Cannes y Sundance, no han hecho un despliegue publicitario al uso, a tres días de su estreno éramos diez en la sala. También es posible que empiece a ser cierto que el cine está de "caspa caída", y que los que vamos a encerrarnos en ellos con otros desconocidos somo un atajo de "friquis".
Jeff Nichols es su director (su anterior película no se ha estrenado en España) y guionista. Según sus propias declaraciones, parece que la idea le surgió al poco de estar felizmente casado, como el protagonista de la cinta (aunque éste tenga una hija sordomuda); vive además en tierra de huracanes, como esos que el otro día hacían volar camiones de gran tonelaje como si fueran hojarasca, y que dejaban al aire las vergüenzas de las casas sin techo de gente como nosotros. Gente como ese matrimonio que, para subrayar su normalidad, inicia la jornada con la comida más importante en los USA, el desayuno. Ambos se quieren, tienen trabajo, pagan la hipoteca y las letras del coche con puntualidad, y el seguro de la empresa cubre incluso el futuro implante coclear de la niña. Según el compañero de curro, una pareja con una vida buena.
¿Qué pasa cuando unos sueños de pesadilla, fotografiados como si de realidad se tratara, empiezan a hacer saltar las alarmas en esa normalidad? ¿Qué sucede cuando la necesidad de construir un refugio que proteja de huracanes pone en peligro la cotidianeidad? Como un nuevo Noé que prevé la tormenta, empieza a dedicar sus afanes a intentar tener todo preparado para poner a su familia a salvo. Pero como dice la Biblia, "Velad, porque no sabéis ni el día ni la hora". Y así, el propio protagonista, en una escena que es un hoemnaje a los "bibliogtecarios" que se paseen por estas páginas, acude a la biblioteca del pueblo a consultar libros sobre enfermedades mentales (eso aquí no lo hace ya nadie, ¿no?; con lo fácil que es entrar en la red y consultar la "güiqui," por ejemplo). Sus inquietudes se sustentan en la historia familiar: una madre con esquizofrenia paranoide, encerrada en un centro desde hace más de veinte años. Michael Shannon, a quien había visto sólo en Revolutionary road, está perfecto de contención y angustia en el papel de esposo y padre.
Cuando toda la inestabilidad emocional se transmite al trabajo, a la comunidad a la que se pertenece, a la persona con la que se convive, su mujer, Jessica Chastain, tan estupenda como la vimos hace poco en Criadas y señoras, todo puede irse al garete en un verbo: trabajo, casa, matrimonio, salud... ¿De verdad estamos hablando de los USA? A lo peor es este aspecto alegórico el que me parece demasiado evidente. Lo que resulta más atractivo en la peli es esa casi inexistente frontera entre la pesadilla y la realidad y cómo va afectando al protagonista de forma graduada y progresiva, lo que la convierte casi en una de terror psicológico. Lo cotidiano que vamos levantando con nuestras manos, tan quebradizo por frágil. La vida misma, ¿o no?José Manuel Mora.
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