Profesor Lazhar, de Philippe Falardeau

Una de maestros

 Probablemente no se dedica uno cuarenta años a la enseñanza en vano. Así pues, sabiendo lo que iba a ver, sabía también que mi posición de espectador no iba a ser neutra. Su director, Philippe Falardeau, canadiense, me era totalemente desconocido. La película, Profesor Lazhar, de 2011, nos llega con relativa prontitud, después de haber ganado varios premios, p.e. el de la FIPRESCI, de la Seminci de Valladolid, además de haber sido seleccionada para competir por los Oscar al mejor filme de habla no inglesa. Parece que el tal Falardeau, además de dirigir cine, hizo estudios de Ciencias Políticas y también de Relaciones Internacionales. Esto último lo comento porque tal vez tenga que ver con la forma de encarar la problemática que nos presenta. Ello unido a su francofonía, en un país como Canadá, mayoritariamente anglófono.


La peli arranca en alto, ya que se parte del suicidio de una joven profesora que imparte clase a un grupo de críos de once años, hecho que es descubierto por un par de sus alumnos. Quien viene a ocupar su puesto es un inmigrante, exiliado político para ser más exacto (pero quién se fija en esas sutilezas) argelino, huido de la conflictividad guerracivilista de la Cabilia argelina de los años 90. Poco a poco iremos sabiendo más cosas de él. De momento llega alterando los hábitos de aprendizaje del que va  a ser su alumnado: situación de las mesas, dictados, trato de usted, textos que elige...Con un saber estar calmo a la par que firme, va conquistando a quienes se sientan detrás de los pupitres. Un conglomerado tan multicultural como la sociedad canadiense. Desconozco el sistema educativo del país, pero lo he visitado y sé de lo sujeto a normas bastante estrictas que está en casi todos los órdenes de la vida, para conseguir que  funcione, como así parece ser, de manera ejemplar.  Tal vez el ambiente del aula refleje verdaderamente el ambiente de un colegio público donde la dirección tiene muchas competencias, pero se halla sometida a los dictados del consejo escolar. Para el profesorado de aquí, al menos el de algunas zonas, puede resultar casi angelical, aunque en él latan también los conflictos, como en todos sitios.


Si la muerte es defícil de asumir para los adultos, para unos preadolescentes resulta incomprensible y por eso más difícil de encajar. La pérdida definitiva, la posible culpa, la ausencia, tratadas por la especialista del centro no parecen solventarse adecuadamente. En unos habrá conatos de viloencia, en otros principio de depresión...Y es el profesor quien con sus planteamientos de lecturas y redacciones va haciendo que hablen de lo que les duele con su atenta escucha de los sentimientos que expresan o esconden. Respetuoso siempre. La actuación del grupo de criaturas, seguramenete no profesionales, resulta modélica por lo fresca y ajustada.


Mohamed Fellag, el actor argelino que encarna al profesor, lo hace desde la sencillez y la verdad expresivas, sin excesivo dramatismo; y motivos no le faltarían. Se habla así no sólo del conflicto de los niños, sino del recién llegado, cuyo presente está en el aire y su futuro en el alero. La escuela es para él un lugar para la amistad, el trabajo y la cortesía, a pesar de ser un espacio feminizado en el que alguien proveniente de la sociedad machista norteafricana podría no encajar. La escuela es un hogar donde las criaturas son como crisálidas a punto de convertirse en mariposas para emprender el vuelo. Y el maestro considera que en ese espacio su tarea no es tan sólo la de instruir, transmitir conocimientos, sino la de educar, aunque haya padres que crean que la tarea de la educación sólo les corresponde a ellos. Recuerdo la cita de Paulo Freyre, el pedagogo braileño de los años 60: "Nadie educa a nadie; nadie se edaca solo. Los hombres y las mujeres nos educamos mutuamente mediatizados por el mundo". No creo que el herido profesor exiliado conociera la cita, pero el director tal vez sí; o aunque no sea así, comparte el espíritu, como me ha sucedido a mí a lo largo de tantos años. Película sencilla, emotiva, honda, hermosa. Invito a quienes tiene que ver con el proceso educativo en cualquiera de sus vertientes a no perdérsela. Tienen la reflexión y el disfrute asegurados. Consejo de viejo profesor.

José Manuel Mora.


Comentarios

Basi ha dicho que…
Gracias por la recomendación,querido profesor.
Por cierto, mañana paso lista, no faltes!
Anónimo ha dicho que…
Como siempre, tus reseñas son brillantes, "viejo profesor".
Esther Williams.