Lo imposible, de Bayona

Sorprendente

Con la semana de trajín que he llevado debido a la presencia de mis jubilatas suec@s no he tenido tiempo casi de leer y menos para ir al cine así que, a estas alturas de la película (nunca mejor dicho), debe de estar todo comentado y visto. Sin embargo, una vez más quiero romper una lanza a favor del cine español, máxime si es de calidad, y eso que suelo huir de las pelis que se anuncian con el rubro "basadas en hechos reales".


He de confesar que es la primera que veo de su director, J. A. Bayona, ya que por mis prejuicios no quise ver su anterior filme, El orfanato. Pero de ésta había leído/oído buenos comentarios, algunos demasiado sucintos aunque elogiosos ("una de les millors pel.lícules de la historia del cine", mi antiguo alumno Òscar Banegas dixit). Así que me he animado. Y el cine, para ser martes, estaba como hacía tiempo. Una de las razones estriba en que por mucho pirateo en el Egeo que sea posible con el internete, ésta es de las que hay que ver en sala, por el sonido, por las panorámicas...por todo. No vale el ordenata.


El primer acierto que creo merece la pena resaltar es el guion. ¿Cómo puede el director mantener el interés de la historia cuando conocemos su desenlace, que además es feliz? Parece que el guionista, Sergio Sánchez, ha contado con la inestimable ayuda de Mª Belón, protagonista real del suceso. Pero además ha decidido que los acontecimientos se vivan desde ópticas diferentes, manteniendo el suspenso relativo a los otros protagonistas. La primera parte es sorprendente (mucho más si no se ha visto el making off, que decimos los ingleses), de una fuerza visual arrolladora (doy por supuesto que quienes curiosean en este blog saben que hablo del famoso tsunami de 2004, que arrasó el sureste asiático, que no hacía tanto había estado visitando yo, unos lugares paradisíacos sobre todo por la sencillez de sus gentes, que vieron destrozadas sus vidas y sus opciones de futuro). El paso de un primer plano a una panorámica que encuadre al personaje está aquí utilizado con sabiduría. Se trata de un mano a mano entre Naomi Watts y Tom Holland, actor debutante en el cine a sus 14 años, y de una fuerza expresiva extrañamente intensa para su edad. Que ella esté a la altura de las circunstancias es menos asombroso por su experiencia, pero no menos impactante. 


La segunda parte trata de la supervivencia y de la búsqueda mutua de los miembros de esa familia.  Bayona muestra buena mano con los niños (estupendo el momento nocturno, acompañados por la Geraldine Chaplin, tan creíble como acostumbra) y, aunque con un papel secundario dentro de la historia, Ewan McGregor compone un par de escenas impagables; la del móvil es magnífica. Hay críticos que la han tachado de lacrimógena, de melodramática, pero el maestro Spilberg ha mostrado la nobleza de trabajar con los sentimientos de modo adecuado. Sin embargo sí es cierto que el subrayado de la banda sonora es excesivo y manipulador. En realidad no hacía falta, pues lo que vemos es suficientemente intenso.


Con todo, y más que la idea de que "la familia que casi se ahoga unida, permanece unida", me parece interesante el proceso de maduración del hijo mayor al enfrentarse con el dolor, la adversidad, el peligro, la muerte. Dos días que suponen un curso intensivo para hacerse mayor. La emoción inicial ante el maremoto que se nos viene encima también a los espectadores, no decae en el resto del metraje, se transforma. No creo, pues, que estemos ante lo que mi alumno Òscar decía en su página del feisbuk, pero sí me parece estar ante una película muy digna, que se sale de los estándares del cine español. Creo que vale la pena dejarse llevar por la ola. 

José Manuel Mora.


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