12 años de esclavitud, de S. McQueen

A vueltas con el esclavismo

Los alemanes han tenido que hacer frente a su pasado y cada vez está menos generalizada la opinión del "yo no supe nada" en lo que se refiere a los judíos. A ello han contribuido una serie de películas, a veces dirigidas por extranjeros y en otros casos por ellos mismos, que han puesto de manifiesto el horror vivido en los campos de concentración por tantos millones de compatriotas por el hecho de ser de una raza diferente. Creo que este autoanálisis es menos frecuente en los EE UU. Durante mucho tiempo la figura del negro ("afroamericanos" parece que prefieren ser llamados) tenía un tratamiento tópico y hasta sensiblero, pienso en la criada de Lo que el viento se llevó, o en la figura del viejo Tío Tom. La cosa va cambiando en los sesenta: J. Ford filma El sargento negro, y se empieza a vivir la lucha por los derechos civiles de la mano de M. L. King. Esa nueva sensibilidad que dará lugar a series televisivas de audiencia numerosa, como Raíces, acabará por abolir la segregación racial (1965), al menos en las leyes, y hay quienes creen  que se ha consumado con la elección del primer Presidente negro de su historia, B. Obama.


 Parece que está poco extendido el conocimiento, incluso entre los propios estadounidenses, de la existencia de negros libres, naturalmente en los estados del norte. La lucha por conseguir derechos civiles para todos se inició bien pronto, ya en el s. XVII, con insurrecciones que costaron muertos. Sin embargo la esclavitud no se abolió hasta después de la Guerra de Secesión, bajo el mandato de A. Lincoln en 1863. La película que comento se desarrolla hacia 1850 y se basa en el libro escrito por quien en ella es el protagonista, Solomon Northup, hombre del norte, culto, violinista brillante, con una familia y que de repente  se ve engañado, emborrachado y encerrado con grilletes para ser vendido en el sur como esclavo. Gran Bretaña abolió antes que Norteamérica el comercio humano, así  que no resulta demasiado curioso que sea un británico de raza negra quien ha decidido llevar al cine la historia (por cierto, hace falta mucha autoestima pra llamarse S. McQueen, dedicarse al cine y no haberse cambiado el nombre; seguramente su condición de videoartista y director de éxito con Shame, ya comentada aquí, le haya ayudado). 


 El profundo sur estadounidense debió de ser un auténtico infierno para tantísimos seres humanos que fueron trasladados allí desde las costas de África y vendidos como esclavos para trabajar en los inmensos campos de algodón. La Biblia solía servir  incluso para apoyar lo que no era más que la explotación de unos por otros, aunque en la película el maniqueísmo no es total y entre los esclavistas hay gentes de buen corazón y otros auténticos negreros, strictu sensu, como el personaje al que da vida el estupendo M. Fassbender . El protagonista está interpretado de forma creíble por un casi desconocido Chiwetwel Ejiofor, otro británico de padres nigerianos, que actuó en Amistad de S. Spilberg. Como es lógico, para eso es el productor, B. Pitt se reserva un papelito de chico bueno.



El director no ha querido edulcorar la historia que, desde el propio libro de Northup, debió de ser escalofriante. Y las penurias, los latigazos y la barbarie no se evitan por parte del director. Incluso los exteriores de enorme belleza muchas veces, sirven para resaltar las miserias que los esclavos vivían. No estamos ante la opción melodramática de Spilberg y su Color púrpura. Hay más distanciamiento y tal vez por eso no ha llegado a conmoverme, aunque he de decir que las dos horas y cuarto de proyección se pasan en un suspiro. Las anotaciones últimas alejan el filme de la tendencia al final feliz tan de la cinematografía estadounidense. El personaje principal quiso denunciar a quienes lo traicionaron y a su "amo" y en ambos casos los tribunales los exculparon. 

José Manuel Mora.

  

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