A propósito de Llewyn Davis, de los hermanos Coen

Gélido invierno.

 A lo peor llega ya tarde el comentario, porque he tardado tres semanas en ir a verla y es posible que el viernes dejen de proyectarla. Y eso que soy un  seguidor de los Coen. Y eso que además tenía buenas referencias... En fin, allá va. Y lo primero que me viene a la pluma, aunque esta expresión habrá que desterrarla en estos lares digitales, es la de sorpresa. La peli, escrita y dirigida al alimón, como suele ser habitual en ellos, queda lejos del humor negro que manejan los hermanos y de su afición por el cine del mismo color, basado muchas veces en narradores del género.


No es el estilo al que nos tienen habituados.  Lejos de Blood simple ("Sangre fácil", 1989, y su violencia inmisericorde), o del descabale de Fargo (1996) o de El gran Lebowsky (1998), por no hablar de la terrible No es país para viejos (2007). Tampoco aparecen sus actores fectiche: F. McDormand, o bien J. Turturro para no prolongar demasiado la lista. El cartel publicitario, en ese extraño blanco y negro, ya nos pone en situación: Nueva York, 1961, en un frío invierno. Un músico folk cargado con su guitarra y su zurrón y un gato imposible que al final sabremos que se llama Ulises, lo que nos puede poner en la pista del eje narrativo. Alguien que busca cómo volver a casa, si es que alguna vez la tuvo. Alguien que tiene que mendigar cada noche un sofá donde dormir y que no encuentra afecto ni calidez humana en ninguna de las personas con las que trata. Alguien, en fin, que pretende vivir de la música de modo profesional, lo que no le resultará fácil en absoluto.


Se trata, eso sí, de otro de los personajes perdedores que gustan a estos cineastas, pero no hay aquí la acidez o el desgarro con que nos presentan a algunos de sus anteriores. Hay casi algo de ternura en la manera en que lo muestran, aunque no parezca haber una puerta abierta al futuro para él. A modo de road movie, en medio de un entorno duro y gélido, el tal Davis, que ha perdido a su compañero con el que formaba dúo, no consigue la quietud necesaria, el reconocimiento de esa música que "si ya parece oída y puede permanecer, es que se trata de folk". Una de las canciones que canta el actor-intérprete, Oscar Isaac, que por cierto está naturalísimo y creíble en su desamparo, es un corte de un álbum de Bob Dylan, del que el personaje parece tener algo (hay en la penúltima escena, a modo de pista, un cantante que se sube a la tarima del bareto con los mismos pelos rizados que el legendario cantante).


Y justamente es la música uno de los elementos que me ha atrapado: la versión que cantan a trío de Five hundred miles, y que interpretaban Peter, Paul & Mary, me ha retrotraído a la banda sonora de mi juventud. Y vuelvo de nuevo a La Odisea, de la que los Coen habían hecho ya una lectura libérrima en O Brother, porque alguno de los personajes con los que se encuentra en su deambular constante parecen sacados de allí. El viejo enorme (el inmenso John Goodman) con el que comparte auto parece una versión del cíclope. Hay un hijo en alguna parte al que el protagonista no conoce, como otro Telémaco. Y aunque no le encuentre referencia, no quiero dejar de citar el encuentro en Chicago con el impertérrito productor que escucha su canción con un gesto de esfinge perfecto al que da el tono justo M. Abraham en su brevísima aparición.


Y aquí lo dejo. Palmarés de Cannes ganado, propuesto para los óscares, con una ambientación estupenda y unas canciones magníficas, es una buena opción. Abstenerse quienes no gusten de pelis sin demasiada salida. De hecho la estructura es perfectamente circular. Como habitualmente dejo el tráiler, esta vez en su lugar he preferido dejar una canción.

José Manuel Mora.



Comentarios

Unknown ha dicho que…
A mi me encantan los Cohen. Està película, me resultó especialmente tierna, triste, sin salida.
Tu crítica, como siempre, magnífica.
Solo una puntualización...para mi, la clara referència a Dilan al final, solo apunta que hay esperanza, para algunos, pero NO PARA EL, (y por extensión, no para nosotros).
Ayer vimos Agosto...muy recomendable, si no la has visto.