Librería Pynchon&Co de Alicante

Buenas noticias

En una ciudad en la que el cierre de librerías ha sido la constante durante los últimos años, hasta el punto de quedar reducido su número a menos de media docena en una localidad de 350.000 habs. (no hablo de las grandes superficies dedicadas a los libros, como en un supermercado, menciono las que constituían nuestras señas de identidad lectora: Laós, Compás, Manantial, la Internacional y tantas otras), el que de repente, después de siete años de sequía,  llegue la noticia de la apertura de una nueva, no puede sino saludarse con alborozo por parte de los que seguimos comprando esos objetos llamados a desaparecer según dicen: los libros. Se trata de Pynchon&Co, en la esquina de las calles Quintana (nº 37) y Segura, regentada por  Manuel Asín Galiana (Alicante, 1979) y por Telma Bonet (Alicante, 1960). Ya es un puntazo nombrar así una tienda de libros, pero a lo mejor es que no quieren que sea sólo un expendedor. Se trata del apellido del escritor estadounidense Thomas Pynchon asociado a la etiqueta "&Co", que acompaña el nombre de Shakespeare en la librería parisina que supuso un puerto de amarre y salida para grandes escritores de la pasada centuria: Fitzgerald, Heminway, Joyce... Un guiño cultureta para connaisseurs, que decimos los franceses, y una decisión democrática, puesto que la consultaron primero a través de internet.


Me he dado tanta prisa en ir a husmear que lo primero que me llamó la atención al entrar fue el hecho de que muchos de los estantes estuvieran vacíos. Creí que era una performance, o una apuesta novedosa y arriesgada de los propietarios, para llamar la atención de posibles compradores, en vez de agobiarlos con estantes abarrotados de ejemplares, con dobles filas y volúmenes en horizontal. Luego Asín me dijo que faltan por llegar infinidad de ejemplares que se irán situando de forma ordenada en las baldas. Hay diversos espacios en diferentes alturas, lo que ayudará a agrupar los libros que vayan llegando por materias, países, géneros. La sección de literatura española incluirá títulos escritos no sólo en castellano, sino en catalán...; parece que la intención es que se puedan realizar lecturas, presentación de títulos, red wifi para consultar, o una barra para tomarse un café.  



Y un estante a la entrada, curioso, porque se aparta de la habitual "mesa de novedades" que existe en casi todas las librerías y que desde hace tiempo es un mareo, dada la velocidad a la que tienen que sustituir los títulos, empujados por los que llegan. Asín me habló de propuestas, de sugerencias, de recomendaciones, más atentas a los gustos de los dos libreros que a la lista de superventas del mes. Y lo que vi allí me confirmó que se trata de gente no sólo con conocimientos del mercado editorial, sino de personas sensibles, atentas a la variedad de intereses de los posibles visitantes. Había diversidad de temáticas, de formatos, de editoriales, de autores y países. Para ir abriendo boca. Se programarán actividades semanales, proyección de pelis, un taller literario... Y de parte de los arriesgados libreros correrá la selección del fondo editorial, que es lo que acaba por dar personalidad a una librería. No parece que vaya a ser, pues, un lugar de mera venta de libros, sino un sitio dónde puedes consultar a gente que sabe de qué va. Yo me llevé un Modiano, por aquello del Nobel, que ya comentaré cuando lo acabe. Además los horarios suponen otra novedad para los usos habituales. Larga vida a una apuesta que de seguro enriquecerá el ambiente culturalmente pequeño de la ciudad en que habitamos.

José Manuel Mora. 

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