Taxi, de Jafar Panahi

Economía de medios

Después de un largo paréntesis sin aparecer por estas páginas, ya de vuelta del periplo (¿qué diablos querrá decir "periplo"?, que diría el maestro Millás) estival con varios meses de retraso, en una última parada madrileña he podido ir al cine un par de veces. La segunda a ver el último filme de este director iraní, Jafar Panahi, tan castigado por las autoridades de su país. No puede salir de Irán, no puede rodar películas y se ve condenado al ostracismo más absoluto. Ya vi de él en su momento El globo blanco (1995), emocionante en su sencillez, gracias a los personajes infantiles, que tan bien supo manejar ante la cámara y con una anécdota mínima.


A pesar de todo parece bastante tozudo el hombre, ya que anteriormente rodó un documental  en colaboración con otro realizador iraní, This is Not a Film (2011) y otro más en 2013 en el interior de una casa en el Caspio, donde se refugiaba una pareja para huir de sus perseguidores: Closed Courtain, por la que recibió el premio de Berlín al mejor guión. Así pues el director está acostumbrado a luchar contra la adversidad. Esta vez se ha valido de tecnología mínima: unas webcam en el salpicadero de un coche, el supuesto taxi del título; las imágenes captadas con un teléfono móvil y otras más grabadas con una cámara de fotografiar que maneja aparentemente su sobrina de once años para un trabajo escolar. Todas ellas mezcladas le permitirán jugar con el montaje final. Aparentemente es un reportaje, aunque pronto adivinamos que el director ha pensado a fondo el guión del filme y lo ha estructurado de acuerdo a los temas que a él le interesaba tratar. Para ello se ha valido de los diversos personajes que se suben al taxi que él mismo conduce, lo que da pie a que incluso uno de ellos lo reconozca como el realizador de fama que es.


Los mimbres pueden parecer escasos, pero al director le son suficientes para hablar de la pena de muerte aplicada sin ton ni son o según la sharia, para lo que contrapone a una maestra y a un ladrón. Un aparente accidente en la calle posibilita tratar el tema de las herencias entre varones de la misma familia, que relegan a la propia mujer; a través del vendedor de deuvedés nos habla de la imposibilidad de acceso a los clásicos de la cinematografía mundial en Irán, al menos de modo público. Dos señoras de cierta edad con una pecera en las manos le sirven para hablar de las personas aferradas a la tradición mítica más irracional. La aparición de sus sobrinita a la salida del colegio le da pie a criticar las normas impuestas desde el sistema educativo sobre los estereotipos aceptables y los que no lo son, y cómo queda fuera de la ortodoxia el filmar una realidad que pueda aparecer como "inadecuada" según el régimen. Un amigo de juventud hablará de algo que el director ha vivido, las palizas de encapuchados. Un chavalín que recoge basuras le permite reflexionar sobre lo moral o lo inmoral de acciones intrascendentes. Acaba con la charla con la "mujer de las rosas rojas", abogada a la que el Colegio de Abogados impide ejercer, pese a lo cual está interviniendo en la defensa de una chica a la que detuvieron por intentar entrar en un partido de fútbol. Toda una panoplia de gente corriente de la sociedad iraní, externamente occidentalizada, salvo por el chador que todas las mujeres llevan, pero que en su interior es múltiple y está sometida a una férrea censura y un sinfín de limitaciones.  


La película en su sencillez, resulta amble, pero no intrascendente. No se debe esperar acción y mucho menos intriga, aunque el final, con un fundido a negro por exigencias de la historia, plantea una tensión máxima. No hay títulos de crédito, no porque el autor no haya contado con la ayuda de más gente, sino por no implicarla en un hecho delictivo. El filme obtuvo el Oso de Oro de la Berlinale de este año y tuvo que ser la sobrina la que subiera a recoger el premio con toda la emoción de sus pocos años. Ójala pronto, este hombre pleno de potencia creativa pueda volver a rodar sin trabas. Su sociedad lo merece y los espectadores de más allá de sus fronteras también.

 https://www.youtube.com/watch?v=xDcc-6eU5Hw

José Manuel Mora.





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