La habitación, de Lenny Abrahamson

 Readaptación

En otras circunstancias es posible que hubiera dejado pasar el estreno de esta peli sin ir a verla. Pero he aquí que llegaron los Oscar y premiaron a la protagonista. Esto y los comentarios respecto a la situación extrema con la que arranca el filme, me ha hecho cambiar de opinión. Es cierto también que no recordaba haber visto u oído nada relativo al director,  Lenny Abrahamson, irlandés, multipremiado en su país por sus cinco trabajos anteriores, pero ya se sabe que esa filmografía no llega con regularidad a nuestras pantallas. Para La habitación, el director parece haber partido de un superventas editorial escrito por Emma Donoghue, que en este caso se ha encargado también de escribir el guión. Me ha llegado a extrañar que durante los créditos no apareciera la consabida frase "basada en hechos reales", porque yo recuerdo casos en Europa y en los USA de gente que ha vivido aislada de la realidad por sus captores, con el frecuente síndrome de Estocolmo a cuestas. No es el caso, como vamos a ver.


La película, larga (prácticamente dos horas), se estructura claramente en dos partes: la primera hora filmada entre las cuatro paredes de una  barraca prefabricada, de las que a veces están en los patios traseros de las viviendas unifamiliares estadounidenses a modo de trasteros, . Es ahí donde la protagonista lleva viviendo encerrada sus últimos siete años de vida. Ahí dio a luz y vive con su hijo de cinco años, para el que ha sido capaz de construir un espacio habitable a pesar de las reducidísimas dimensiones. En él cabe el mundo. Viene contada desde el punto de vista del niño. Y me ha venido a la cabeza La vita è bella (1997) de R. Benigni, en la que un padre intentaba crear una realidad parelela meiante la transformación imaginativa para su hijo del campo de concentración donde viven encerrados. Algo similar ha conseguido aquí la madre para su hijo. La claraboya es el único contacto con el exterior. La manera en que los dos personajes y la cámara se mueven por ese espacio minísculo es extraordinaria.


Pero llega el momento de salir al mundo real y del mismo modo que la muchacha tuvo que adaptarse al confinamiento, ahora es el momento de readaptarse a la vida en libertad. Como dice el médico que los atiende, el niño está todavía en una edad "plástica", razón por la cual le resultará más fácil su adaptación; la familia, un perrito, un niño de su edad, harán las cosas más llevaderas. Sin embargo para la madre y para su familia original, que la creía perdida para siempre, la cosa resultará más complicada. Cambia la perspectiva narrativa y el tratamiento de la historia, al borde del melodrama, aunque sin caer en él. Y también en esta parte me ha venido a la cabeza otra historia, comentada hace poco en estas páginas: Rectify. El preso que sale del corredor de la muerte después de veinte años de encierro, y su familia que lo acoge, sufren un periodo de adaptación doloroso para todos. La actuación premiada en Jólivud ha sido la de Brie Larson, a quien no conocía y que es ciertamente acertada (aunque ciertamente lejos de las dos protagonistas de Carol, injustamente preteridas por la Academia). Pero quien se lleva de calle la cinta es Jacob Tremblay, canadiense de nueve años, aunque en el filme pasa con naturalidad por los cinco que la historia le otorga. A pesar del doblaje con el que lo he sufrido, sus expresiones son de una autenticidad incontestable. Sus berrinches me recordaban a los de mi sobrino mayor, Mateo. Auténticos, ya digo.


La confusión entre el mundo real y el fictici, a veces onírico, que su madre ha ido evocando para él durante su encierro para en definitiva protegerlo, se va diluyendo ante sus asombrados ojos al enfrentarse con la brisa en la cara, la variedad de árboles, coches, personas...; todo le resulta novedoso y a todo se va adaptando. El papel de la abuela, la siempre eficaz Joan Allen, es definitivo para su inmersión en ese nuevo mundo. No es "esencial para la supervivencia", como a veces suelo decir en plan de broma hiperbólica, pero se deja ver con agrado y hace que uno piense cómo se las hubiera ingeniado para sobrevivir en esas condiciones. ¿Mejor la seguridad del reducto infame, o la libertad con sus inseguridades? A cada quien elegir.

José Manuel Mora.


'La habitación' - Tráiler V.O. (HD) por elseptimoarte

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