Berlin Station, de Olen Steinhauer

 Una de espías
A veces no está mal dejarse llevar por la curiosidad, y no obedecer a modas o a consejos de seriéfilos de pro; ni siquiera había visto referencia alguna comentada en prensa de esta serie que llegó a las pantallas en octubre del año pasado y que yo descubro ahora en HBO, aunque la cadena productora sea Epix, que no me suena nada. Dado que se trata de una sola temporada (aunque ya he visto alguna amenaza de una segunda) de diez capítulos de una hora cada uno, decido adentrarme en el mundo de los espías en una ciudad que me fasció las dos veces que la he visitado: Berlin Station, de un tal Olen Steinhauer quien, me entero ahora, es un reputado escritor de novela negra y de espías, conocido sobre todo por la premiada The Tourist (RBA Editores, 2012). Como no me trabajo el género, lo desconocía por completo, aunque parece estar en la senda de Le Carré, y de Graham Green. Probablemente parte de la culpa del enganche inicial se deba a unos dinámicos títulos de crédito con imágenes icónicas berlinesas y una canción que desconocía del gran David Bowie, que le va al pelo a la serie: I'm Afraid of Americans


Me suele suceder que, si los personajes son numerosos, tardo en quedarme con sus nombres. Si a eso se le añade una trama compleja de espionaje y contraespionaje, corro el riesgo de perderme, con mayor motivo si el final es de alguna manera abierto, para dejar la posibilidad de una continuación. De todos modos aquí Alemania, el país que da hospedaje a la sucursal de la CIA, es a la vez un aliado y un competidor, capaz de las peores zancadillas. Los USA no se quedan atrás en métodos crueles a la hora de obtener información mediante torturas deslocalizadas o encargos de asesinos a sueldo. En la sede berlinesa de la CIA se desarrollan auténticas batallas incruentas (?) para obtener más poder o para lograr el ascenso, o para vengarse del compañero. Nadie es quien parece ser y prácticamente todos los personajes guardan cartas en la manga. Las filtraciones a la prensa pueden complicarlo todo aún más y acabar con las más sólidas de las reputaciones. Hay una "garganta profunda", un tal Thomas Shaw, que se encarga de filtrar al periódico de la capital, "Berliner Zeitung" noticias que desprestigian a la oficina estadounidense. Y el protagonista, Daniel Miller, es alguien a caballo entre ambas culturas, que maneja el alemán y el inglés, que vivió el infierno de Chechenia y que llega con una misión de la que desconocemos el objetivo concreto. Todo se irá enredando, como es necesario que ocurra en las pelis de espías, contraespionaje, posibles terroristas, el Mosad... Un cóctel imbatible enriquecido por las debilidades humanas de cada quién, con sus historias previas, que desconcemos, con sus deseos y sus miserias, mentirosos compulsivos, gaurdianes imposibles de secretos. Lógicamente no puedo desvelar más, para no ser acusado de "destripador". Quien sea aficionado a este tipo de historias, tendrá bastante con lo expuesto. Si además le gustan los thrillers, mejor que mejor.


Nuevamente una serie es la ocasión perfecta de descubrir nuevos actores, Richard Armitage, el prota, que curiosamente resultarrá familiar a los seguidores de Star Wars (no es mi caso), o de las pelis del Hobbit (a mí me parece irreconocible en ellas); o de reencontrarse con gente a la que has visto en otras ocasiones, como Richard Jenkins (genial en Six Feet Under y también en la más reciente y comentada aquí, e), o a quienes no reconoces dado el cambio de personalidad y de apariencia, caso de Rhys Ifans, que tenía un papel comiquísimo en aquella secuencia impagable en calzoncillos ante la prensa de Notting Hill. Entre las actrices tampoco había ningún rostro identificable para mí. Michelle Forbes lleva haciendo cine desde hace más de veinte años, pero no la había visto antes. Todos están ajustadísimos. Hay un elemento formal que me ha parecido curioso y que viene permitido por los drones, quiero pensar: unos planos cenitales que sobrevuelan la ciudad o a los propios personajes, como el ojo de un Gran Hermano vigilante. Las panorámicas de la ciudad son excelentes y, a pesar del ritmo sincopado, se pueden reconocer muchos de los lugares que visité, aunque mucho haya sido rodado en estudio y algunos exteriores en Postdam. Para días de calor, a la fresca, sin gans de salir, puede ser una alternativa válida.

José Manuel Mora.

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