Casi imposible, de Jonathan Levine

 Por fin una comedia.

De nuevo un cine vacío (éramos tan solo tres personas), because la peli es V.O.S. y además no ha sido lanzada con todo el resplandor con el que Hollywood suele presentar sus productos. Si no hubiera visto de pasada una referencia crítica en el periódico, seguramente a mí también se me habría escapado esta Casi imposible (Long Shot), dirigida por un tal Jonathan Levine quien, a pesar de estar dirigiendo desde 2004, era un total desconocido para mí. Saber que se trataba de una comedia romántica algo descerebrada ha podido ser otra de las razones que me han llevado a verla y eso que dura cerca de dos horas. Necesito reírme últimamente.


 Y es cierto que intentar hacer creíble una historia de amor entre el bellezón de Charlize Theron y el aparentemente impresentable de Seth Rogen ( a quien debí de ver en Steve Jobs sin que dejara la más mínima huella en mí), actor fetiche del director al parecer, a quien ya ha dirigido en alguna otra cinta, puede resultar difícil de tragar. Un periodista friki que acaba de ser despedido y una Secretaria de Estado de los USA, que fueron vecinos cuando adolescentes, se reencuentran veinte años después y él es contratado para escribirle los discursos a quien espera postularse como primera mujer Presidente del país. La razón de contar con él, además de la antigua relación, es que el tipo tiene un sentido del humor muy especial y además es un idealista a quien la realidad no ha logrado aún sobornar. Aunque es casi cuarentón se empeña en seguir viviendo con un aire de tardoadolescente en cuanto a ropa, gustos musicales y ganas de pelear contra lo establecido. Lógicamente, su desenfado y sus formas chocan de plano con la formalidad ambiental en la que ella se desenvuelve. Y sin embargo... Aquí entra la magia del cine, o el buen hacer de los guionistas, que consiguen que aceptes el despropósito, algo que ya ha sucedido en otras comedias de este tipo, como Notting Hill, o bien Pretty woman, en las que hay diferencias de clase abismales y que consiguen que las olvides. De hecho se publicita con una frase que lo dice todo: "Ni en broma te lo crees". Pero da igual. Las situaciones son tan desopilantes, algunas de las réplicas tan ingeniosas, que acabas riendo de buena gana.



De la misma manera que he señalado que el lado romántico no resulta demasiado creíble, la figura de la mujer con más poder que el varón está tratada aquí sin ironía y es un ejemplo de los nuevos papeles que las féminas van logrando, no en balde la Theron es en este caso también productora y el presupuesto no ha escatimado en medios. Se lo ha debido de pasar pipa haciéndola. Otra  de las bazas que el filme posee es haber logrado que entre ambos actores haya la imprescindible química para que todo transcurra felizmente. Aquí la guerra de sexos está equilibrada. Ya la habíamos visto antes en la pareja Tracy  y Hepburn y bien que funcionaba. Así que ya sabéis, si no os importa pasar por alto algún detalle, creo que es una buena opción para pasar un rato bien agradable. 

José Manuel Mora. 





 

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