Biblioteca Comunale "Luigi Parazzi". Viadana.

 Bibliotecas italianas: Viadana.

Cuando en 2007 la U. E., a través de su Programa Leonardo, me concedió una beca para conocer de cerca y estudiar las bibliotecas italianas, todavía no existía este blog y por lo tanto me conformé con tomar notas particulares para la memoria que debía presentar al final de la semana de estancia en Lombardía y Emilia-Romagna. Doce años después reencuentro esas anotaciones y, dado que hace bastante tiempo que no cuelgo ninguna entrada bajo el membrete de "bibliotecas", he decidido renovar ese apartado y compartir aquí mis impresiones de entonces, que espero sigan siendo válidas como reflexión sobre este mundo apasionante. Mi estancia allí hubiera resultado bastante más complicada sin la colaboración impagable de mis amigos Roberta y Lorenzo, que me acogieron en su casa de Viadana (20.000 habitantes), razón por la cual fue su biblioteca la primera que visité. 


En la página del opúsculo de presentación de la Biblioteca Comunale "Luigi Parazzi", se dice que es un "servicio público  [...] de la democracia a disposición de los ciudadanos para disfrutar de los diversos soportes culturales, oportunamente organizada para ofrecer instrumentos de interpretación de la compleja realidad en la que vivimos o para disfrutar en un ambiente placentero y acogedor de las propuestas actualizadas que se alternan en los estantes" [la cursiva es mía y la traducción también]. www.biblioviadana.3000.it. Esta es la dirección web, muy bien diseñada y en la que se pueden visualizar los diferentes servicios y actividades. Llaman la atención unos objetivos tan ambiciosos para un pueblecito de tan poca población. No existen estudios especializados aquí. Quienes quieran formarse deberán ir a Brescia donde se imparte un curso de un año, privado y reconocido por el Estado. En la Universidad se estudian dos años separadamente de Biblioteconomía, o de Archivística. 
 
Fundada en 1862, la presente sede se construyó hacia 1900 para albergar las escuelas primarias y fue remodelada por decisión de la alcaldía en 1997 y ahora es un centro cultural que alberga una Galería de Arte Contemporáneo, el Museo de la Ciudad, y la Biblioteca  "Luigi Parazzi" propiamente dicha, que contiene 35.000 libros, que incluyen fondo antiguo, con incunables, mapas y pergaminos procedentes de la incautación de cuatro conventos por parte de Napoleón, que es cuidado con esmero, y fondo moderno que se procura tener actualizado. Los niños son bienvenidos, así como las minorías étnicas y los migrantes. Se da una especial atención a los instrumentos de información informática y multimedia al paso que se pretende la formación del usuario para que llegue a ser autónomo en sus búsquedas. Para ello, cuando se llega preguntando por un título determinado, o por un autor, la persona que atiende consulta el ordenador, que posee una pantalla doble invertida para que el usuario vea los pasos que el especialista sigue en las búsquedas y así aprenda a hacerlo por sí mismo.

  
Sorprenden al entrar los amplios espacios, llenos de silencio, luminosos y aireados, perfectos para el estudio o la lectura, tanto los colectivos, como los individuales. Es común la presencia de plantas que hacen más habitables dichos espacios. Son los bibliotecarios y los asistentes de biblioteca los encargados de llevar adelante los objetivos y el funcionamiento de la misma. El fondo antiguo se encuentra en armarios cerrados para proteger del polvo y de indeseadas sustracciones, y alcanza los 15.000 volúmenes entre los s. XV y XX, clasificados por materias y que no están sujetos a préstamo, aunque se pueden consultar en sala. Mientras, el fondo común está al alcance de los usuarios. Existe además una hemeroteca. En cada uno de los puestos de lectura hay un enganche a internet o simplemente a los ordenadores personales. La sección infantil posee sus propias características espaciales y de señaléctica y la posibilidad de acceso desde muy temprana edad.















El fondo se va incrementando a propuesta de los expertos o de las desiderata de los usuarios, además de que el centro está en red con las otras bibliotecas públicas de Mantua. La adquisición de 2000 volúmenes al año podría ser un sueño para muchos de nuestros centros españoles. Se aceptan donaciones si son consideradas oportunas por los expertos. Periódicamente se realizan expurgos para liberar espacio y retirar lo que ya no es válido o no está en buenas condicones. Por supuesto en la biblioteca hay un programa bien fundado de animación a la lectura, con encuentros, debates, concursos que se extienden también a la cultura musical y la cinematográfica y a la difusión de información contrastada, tan esencial en esta época de fake news, o "noticias falsas", dicho en román paladino. Se presentan también exposiciones bibliográficas y recorridos de lectura, junto con el uso abierto de los ordenadores de la biblioteca que posibilitan las búsquedas personalizadas en el catálogo on line (OPAC), por el que se accede a todas las bibliotecas públicas mantovanas con la posibilidad de préstamo interbibliotecario.



















Los préstamos son, por supuesto, gratuitos con la tarjeta bibliotecaria pertinente. Se pueden solicitar hasta diez por un periodo de un mes prorrogables por otros 30 días con sólo llamar por teléfono. In situ se puede acceder al visonado de documentos audiovisuales y un fondo de guías de viajes puesto al día para consultas previas a la realización del que uno piense hacer. Existe la presencia del bibliotecario para las criaturas con un papel y actividad específicos. Hay también una sección de historia local con documentos gráficos y sonoros. Mucho de lo expuesto hasta aquí podría parecer fuera de lugar ahora que los terminales móviles con conexión constante a internet permiten "goglear" a la búsqueda de aquello que se desea, sin embargo la de Viadana me parece un ejemplo magnífico de un serivicio público para quienes desean bucear más al fondo de las meras redes sociales como puntos de referencia con la necesaria auctoritas. No creo que sea cierto que las bibliotecas estén llamadas a desaparecer, simplemente han de ampliar y completar sus actividades y servicios, como bien saben mis amigas bibliotecarias, Dolors, en Cocentaina o Manuela en Algorfa. A ellas va dedicada esta entrada, que me ha servido para rememorar un viaje muy productivo a Lombardía.

José Manuel Mora.   




















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