Biblioteca Ambrosiana. Milán.

 Visita frustrada.

Con esta visita llegaba al culmen de mi viaje de estudios del Porgrama Leonardo de 2007 a una serie de bibliotecas italianas. La Veneranda Biblioteca Ambrosiana de Milán (https://www.ambrosiana.it/) es uno de los referentes para bibliófilos e investigadores no sólo de Italia, sino de toda Europa. La entrada al antiguo edificio ya resulta imponente. Alberga además la famosísima Pinacoteca del mismo nombre.


Fue fundada por el cardenal Federico Borromeo e inaugurada en 1609 tras el envío de agentes en busca de libros raros, lo que hace que sea la quinta más antigua de Europa. Una de sus características más importantes para la época es que se trata de la primera que permitía el acceso a cualquiera que supiere leer y escribir. Se trata pues de una biblioteca "histórica" y "pública" constituida como centro de estudio y de cultura y también como herramienta de lucha a favor de la Contrarreforma. Contiene más de un millón de ejemplares, ya que se llegaron a adquirir bibliotecas completas y se incorporaron otras, como la del monasterio benedictino de Bobbio, entre los cuales  hay millares de incunables, cuarenta mil manuscritos en italiano, latín, griego, árabe, sirio, copto, chino..., puesto que el cardenal consideraba que los escritos de otras culturas podían enriquecer la nuestra. Y unos doce mil dibujos de Rafael, Leonardo, junto con mapas antiguos, manuscritos musicales, pergaminos y papiros y como rarezas, una Ilias picta (Iliada iluminada), un códice Atlanticus de Leonardo y un mnyscrito espléndidamente miniado, Libro d'ore Borromeo.


La sala de lectura es de techos altos y con una luz muy adecuada para los investigadores. Los ordenadores personales están permitidos, pero no otro tipo de objetos, como bolsos, paraguas o elementos que puedan ser usados para dañar los libros consultados que tienen carácter histórico, literario, religioso, sobre todo clásicos. Los fondos se alinean en una espléndida librería de madera de dos alturas, que sirve también como sala de exposiciones en la que el silencio es casi religioso. 



He de confesar que toda esta información  la he obtenido en la red, puesto que, dado que la biblioteca estaba sufriendo una restauración en profundidad, tras los daños sufridos en la IIª Guerra Mundial, no pude visitarla con un experto, como había hecho en las anteriores y fue más una visita turística, de la que quiero dejar constancia a pesar de todo. No obstante compensé esta frustración con la visita a la ambrosiana, que será objeto de la siguiente entrada. Vale.

José Manuel Mora.

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