Biblioteca Comunale Teresiana. Mantua.

 Teresiana, pero no religiosa.

En mi recorrido de cinco días por las bibliotecas italianas, gracias al programa Leonardo, la tercera visita correspondía a la Biblioteca Comunale Teresiana (http://www.bibliotecateresiana.it/). Y creo que hace falta una pequeña aclaración, pues el segundo de los adjetivos no tiene nada que ver con la orden religiosa, sino con Mª Teresa de Austria, biblioteca que se abrió al público en 1780 como parte del programa de la Ilustración que la reina trajo consigo en su intento de reformar las instituciones culturales y educativas de Lombardía, razón por la cual su retrato preside una de las salas. Este plan de creación de bibliotecas públicas de estructura homogénea se apoyó sobre todo en edificios conventuales de la Compañía de Jesús, cuyo ejemplo máximo es la Biblioteca Braidense en Milán, de la que tendré ocasión de hablar.


El centro se define a sí mismo como "biblioteca antigua y de conservación". La consulta de materiales "antiguos" se realiza en una sala especial. Dicho fondo alcanza los cerca de 350.000 volúmenes, de los que 170.000 son de fondo propiamente antiguo y entre los cuales se encuentran todos los publicados desde 1830 a modo de depósito legal; miles de incunables y miles de  manuscritos también. Existe una sección cabalística de las más importantes del mundo perteneciente a la comunidad hebraica de Mantua y como cosa especial una serie de globos terráqueos (1693), cuatro preciosos mapamundi, herbarios, minerales...


La Sala Teresiana fue provista de estanterías de madera al estilo de las alemanas y en sus inicios fue lugar de depósito de libros a la vez que de consulta. Hoy, después de la restauración y reapertura en 2014, tras el terremoto, alberga exposiciones relativas a los fondos existentes, lecturas públicas y audiciones para las que las lámparas de Murano existentes crean un ambiente particular.

 
 





















Como biblioteca de fondo antiguo existe un catálogo de fichas que se puede consultar por autores, títulos y temas por orden alfabético, a la antigua usanza de cajetines para cada letra, de una belleza artesanal conmovedora.A la vez se ha conseguido recuperar la colección completa de la Gazzetta di Mantova, publicación periódica del XIX.



Hoy en día las búsquedas se hacen a través del OPAC o bien on line desde la página de la biblioteca citada al inicio. Se puede acceder asímismo a microfilmes y deuvedés, a la vez que están disponibles en cederrones algunos de los fondos manuscritos que se pueden fotocopiar. 



 Esta biblioteca constituye pues un lujo para la ciudad de Mantua, tanto por sus instalaciones, como por lo fondos que atesora. La visita valía la pena, como se puede deducir de las imágenes y el contenido de esta entrada.

José Manuel Mora. 


















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