Pintores y reyes del Prado con Jeremy Irons

 Doscientos años del Museo.

La etiqueta  en esta ocasión no indica con exactitud el contenido de esta entrada, puesto que no se trata de una película, sino más bien de un documental. En 2019 se conmmemora el segundo centenario de uno de los museos más importantes del mundo: El Prado. Ha habido exposiciones temporales extraordinarias, como suelen ser las que se exhiben con motivaciones diferentes, y otras han sido conmemorativas, como “Circa 1819”. Entre las maneras de celebrar la efeméride, se ha estrenado esta cinta de hora y media, Pintores y reyes del Prado, de procedencia italiana y que para su dsitribucuón internacinal se programa como The Prado Museum. A Collection of Wonder. Lo curioso es que se ha programado para sólo dos días ¿porque es un "documental" y no tienen tirón? No sé si después se podrá ver en alguna plataforma. El gancho, por si el propio museo no fuera suficiente, está en la presencia y la voz del actor británico Jeremy Irons (no he podido verla en V.O. S.). Está dirigido por la debutante Valeria Parisi  con un guión de ella misma y de Sabina Fedeli, que se sale del discurso historicista y académico para añadir aspectos sociológicos, políticos y no los puramente artísticos. La fotografía, en un trabajo cinematográfico como éste, algo tan importante, corre a cargo de Mateusz Stolecki.


Mi relación con el Museo tiene muchos años. No estoy seguro, pero es muy probable que mi primera visita fuera acompañado por mis padres con dieciocho primaveras. Me quedé anonadado, por lo inabarcable de lo expuesto y por la belleza de lo que veía y que había estudiado en los libros de Historia del Arte. Después he vuelto infinidad de veces, con ocasión de viajes a Madrid, a ver a la familia, al teatro o específicamente a ver alguna antológica. No se me olvida la dedicada a Velázquez en 1990. Por lo tanto el documental no me va a descubrir nada nuevo, sin embargo siempre hay datos y anédotas que uno desconoce y que se van desgranando (como que fuera la insistencia de Maria Isabel de Bragranza, brasileña mujer del rey felón, la que consiguió que el museo abriera sus puertas), al tiempo que se nos presentan las imágenes en barridos no demasiado morosos. Hay una serie de personas afectas a la pinacoteca que expresan lo que supone para ellos, sus descubrimientos, sus preferencias... No son en absoluto de "especialistas", sino de amantes de aquello sobre lo que hablan: director, restauradores, actores, historiadores... van enriqueciendo las imágenes que vemos con sus comentarios vivenciales, intuitivos. La música que acompaña es a veces excesiva, pero en general se ajusta bien a lo que vemos. Me han sobrado las secuencias de baile flamenco incrustadas como con calzador.



El que la cámara no permanezca permanentemente entre las cuatro paredes, sino que salga a confrontarse con la realidad, le da una via especial, Así como emocionan las imágenes en B/N del traslado de los cuadros fuera de Madrid durante la guerra y las salas vacías, o las exposiciones con copias de los maestros viajando por los pueblos de España. La selección de aquellos pintores en los que más se deteiene coincide con algunas de mis preferencias: Tiziano, como "padre" de la colección real, el Greco, Velázquez, el Bosco, Van der Weiden, por citar sólo unos pocos y, por encima de todo, Goya, con su rabiosa modernidad, tan surrealista a veces. El propio Irons reconoce que le hubiera gustado ser retratado por el de Fuendetodos. La continuidad y la ampliación del museo de la mano de Norman Foster, que trabaja en la recuperación del Salón de Reinos, invita a volver. Se dice, con razón, que esta colección es una muestra de que el arte está reñido con el nacionalismo, porque los tesores que vemos pertenecen a toda la humanidad. Uno sale de la proyección con la frase que la cierra, de quien fuera su director, Pablo Picasso: "El arte purifica el alma del polvo de la vida cotidiana". Pues eso.

José Manuel Mora.
 

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