The Bletchley Circle: San Francisco, de Guy Burt

 Descodificadoras.

Es raro y difícil subirse a un tren en marcha, y algo similar sucede al intentar ver una serie en su segunda temporada sin haber visto la primera. Sin embargo los guionistas han sabido dejar la información suficiente para conocer y ubicar a las cuatro protagonistas, aunque a las dos primeras no las hayamos visto en su etapa londinense. The Bletchley Circle: San Francisco es una coproducción británico-canadiense estrenada en 2018. No es pues ninguna novedad. Se trata de una miniserie en la plataforma de Netflix, de ocho capítulos de 45 mi. cada uno, lo que la hace asequible para una pequeña maratón. Su creador, Guy Burt, es un novelista y guionista británico, que ha dejado la dirección de los episodios en diferentes manos y sin embargo hay una unidad estilística extraordinaria en el conjunto. 


Ambientada en 1956, en California,  allá llegan dos mujeres londinenses, Millie (Rachel Stirling) y Jean (Julie Graham), la segunda, una bibliotecaria un poco oldfashioned, la otra con aires de mujer fatal pero menos, que trabajaron descodificando mensajes alemanes durante la IIª Guerra Mundial, de una forma callada y casi invisible pero enormemente efectiva. El motivo de su viaje es investigar un asesinato muy parecido al que se produjo en Londres, con una compañera a la que le cortaron la lengua. Su destreza y su perspicacia les hace intuir que tras semejante asesinato puede haber algo más turbio y deciden empezar, con la colaboración de dos expertas estadounidenses, una mujer negra, pianista de jazz y madre de familia, Iris (Crystal Balint), y una muchacha joven, muy diestra con la tecnología analógica, Hailey (Chanelle Peloso), a ponerse a desentrañar pistas. Las cuatro forman un equipo perfecto para intentar deducir los patrones de actuación que se van repitiendo en cada situación. De hecho cada "caso" se extiende a lo largo de dos capítulos. Feminista avant la lettre, la serie lo es en la medida en que estas mujeres trabajan solas, con un sororismo que no se nombra. Los varones próximos son policías que no creen en sus métodos y obstaculizan sus pesquisas. Junto a su afán investigador está la lucha por hacerse respetar y que su trabajo sea visibilizado y valorado, lo que no siempre les resultará fácil.



Estamos en plena época del macartismo con su anticomunismo furibundo, en una sociedad muy pacata, de moral represiva, en la que el racismo sigue campando a sus anchas, y la homofobia puede costar un disgusto a quien se atreva a manifestar abiertamente sus sentimientos. Todos estos aspectos van siendo retratados con precisión, en una ambientación perfecta que hace que todo resulte muy creíble. El retrato crítico del famoso american way of life queda puesto de manifiesto al mostrar una sociedad "en technicolor", que está llena de miserias personales: esposas infieles, hijos de mamá, homosexuales secretos, alta política que enfrenta a la CIA y al KGB... Estamos en el famoso "vicios privados, públicas virtudes" de todas las sociedades bienpensantes, en el que el contraste entre exteriores luminosos e interiores oscuros pero preciosamente iluminados, es toda una apuesta. Los antros musicales, la presencia/ausencia del marido de Iris, embarcado hacia Vietnam como "asesor", la lucha soterrada contra los estereotipos raciales o sexuales, todo va enmarcando socialmente lo que podía haber quedado en otro thriller más. 



La tensión con que están contados los episodios, el perfecto dibujo del carácter de las cuatro mujeres, distintas y complementarias, la interpretación ajustadísima de cuatro actrices que desconocía por completo, ha hecho que la haya podido disfrutar a modo. En definitiva, muy recomendables. 

José Manuel Mora. 


Comentarios

AA ha dicho que…
Fantàstica