Outlander, (Temporadas IVª y Vª), de Ronald D. Moore

 Los Fraser y el Nuevo Mundo

Cuando ya casi la había olvidado, puesto que las tres temporadas iniciales las vimos en pleno confinamiento (Outlander Iª, IIª, IIIª), me entero de que Netflix ha subido a su plataforma la IVª y la Vª temporadas de una serie que seguimos con auténtico deleite. Outlander, producción británico-estadounidense, viene de la mano de su creador anterior, Ronald D. Moore, y está basada, como las tres primeras, en la saga de Diana Gabaldon. La cuarta se estrenó en 2018-19 y la quinta lo ha hecho en 2020. Las vemos por lo tanto con cierto retraso. No es pues ninguna novedad. Con tanto como llevamos visionado en estos días de autoconfinamiento (el cuento de nunca acabar, y eso que en casa ya está vacunado el 50%), pensé que no sería capaz de coger el hilo de la historia. Pero los guionistas, el propio Moore,  Ira Steven Behr, Toni Graphia, Anne Kenney, et al., son sagaces y van dejando rastro de lo sucedido anteriormente para poder enhebrar de nuevo. 


Cuando los protagonistas, ya en Carolina del Norte, donde acabaron llegando, deciden qudarse para empezar una nueva vida, son atacados por un bandido de baja estofa, que les arrebata todo lo que ellos tenían para comenzar de nuevo. Como en las temporadas anteriores, en las que siempre ha habido un malvado antagonista, éste será en esta etapa el encargado de procurar sinsabores a Claire (Caitriona Balfe) y a Jamie (Sam Heughan), en su intento de asentamiento como colonos a los que se les regalan unas buenas tierras en un lugar hermosísimo. Contarán con la ayuda de Yocasta (Maria Doyle Kennedy), tía de Jamie, enriquecida gracias a múltiples matrimonios, quien posee esclavos, lo que resulta duro de aceptar a Claire, y que ahora está ciega. En paralelo, y en 1970, Brianna (Sophie Skeltony), la hija de los protagonistas a caballo entre dos épocas, y Roger (Richard Rankin) mantendrán una relación tormentosa por desigual y acabarán llegando a través de las piedras, cada uno a su modo, a las Carolinas del siglo XVIII. Y los cherokees entrarán en conflicto con los habitantes del "Cerro Fraser". Todos estos elementos dan materia suficiente para que los personajes se vayan haciendo al  Nuevo Mundo y puedan aparecer los conflictos pertinentes que no revelaré, pero que nunca dejan de ser interesantes.
 
 
Esta nueva temporada se basa en 'La Cruz Ardiente', el quinto libro de Gabaldon. En la quinta temporada, en Movistar, se va preparando lo que acabará siendo la Guerra de la Independencia, que dará lugar al nuevo país y en la que los Fraser volverán a verse involucrados con intereses cruzados al estar entre dos fuegos: la Corona, que les proporcionó las tierras, lo que los convirtió en clase dirigente, y los rebeldes reguladores, que se oponen a seguir siendo explotados mediante impuestos, y que serán el germen de la cercana Revolución antibritánica. Junto a éstos, comandados por su padrino, Murtagh (Duncan Lacroix), estará la auténtica lealtad de Jamie. Claire va perfeccionando sus dotes médicas, lo que la convierte en "curandera", no siempre bien entendida, pero con un peso importante en la acción, dadas sus decisiones valientes y su capacidad de resiliencia, que dicen los modernos. Brianna y Roger, con su hijo, lo tendrán más difícil para adaptarse a unos tiempos desconocidos en costumbres y valores. El malvado Stephen Bonnet (Edward Speleers) sigue sobrevolando sus vidas como una amenaza inacabable. 
 
 
Los vaivenes temporales siguen haciendo bascular la acción entre pasado y futuro, lo que al drama de época le sigue dando un toque de ciencia ficción siempre atractivo. La aparición de un personaje, en principio secundario, que pregunta a Claire si sabe quién es Ringo Starr, hace que nos planteemos si son los únicos "viajeros". La ensoñación de Claire en medio del bosque y de la noche, con la celebración de Acción de Gracias en los 70, a base de colores saturados, es un puntazo muy kennediano. Como contrapartida se puede decir que hay subtramas que no hacen sino estirar la historia sin aportar nada de importancia. Sin embargo el final, abierto a la próxima Revolución, logra dejar el interés en su punto álgido, hasta que se estrene la anunciada sexta temporada, que se supone se retrasará por la crisis pandémica. Los estándares de producción, las localizaciones en Carolina del Norte, el diseño de vestuario, siguen siendo magníficos, así como la actuación de cada uno de los integrantes del reparto. A pesar de los desequilibrios señalados, no cabe duda de que si llegamos vivos al estreno anunciado, seguiremos la saga de los Fraser. ¿Perecerán en su nueva tierra? ¿Regresarán a los 70? Todo son interrogantes. À suivre
 
José Manuel Mora.



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