Nueva plataforma
La compañía que tengo contratada para el servicio de televisión ha decidido hacerme una oferta de las que no se pueden rachazar. Además de HBO y Netflix, con las que ya contaba, ahora dispongo de esa filmoteca de aires hispanos, Filmin, y también de Amazon Prime Video. Y es en esta última donde, al ponerme a curiosear, descubrí una peli de un director cuyo nombre he retenido a pesar del tiempo transcurrido, tal vez porque Alan Ball fue el creador de la ya mítica 6 Feet Under (2001-2005), que seguimos con apasionamiento, cuando todavía no existían las plataformas, o al menos no nos llegaban en streaming, signifique eso lo que signifique, que diría el maestro Millás. También se responsabilizó de la oscarizada American Beauty. La cinta se titula Uncle Frank (Mi tío Frank) y se prestrenó en Sundance y se colgó en esta nueva plataforma en noviembre de 2020. Además de dirigirla, Ball es el que se encargó del guión, maravillosamente escrito y que al parecer parte de su propia experiencia, el momento en que le confesó a su madre que era gay y la reacción de ésta al confesarle que la culpa estaba en el padre, que ella pensaba que también lo era.
Principio de los años setenta, Carolina del Sur, en un pueblo de mala muerte, donde vive una muchacha de 18 años, Beth (Sophia Lillis), que se ha instalado en la Universidad en Nueva York, donde vive su tío Frank (Paul Bettany), profesor de Literatura en la misma y quien comparte vida y afanes con un hombre de origen saudí, Walid (Peter Macdissi), ya integrado en la sociedad estadounidense y huido de su país por miedo a ser castigado por su orientación sexual. A causa de la muerte del patriarca, los tres se embarcan en un largo viaje para asistir al sepelio, inicialmente una roadtrip en toda regla. La chavala, que adora a su tío, ha introyectado un consejo en forma de pregunta que éste le dio cuando ella era adolescente: "¿Vas a vivr tu vida como tú quieres, o como los demás esperan que lo hagas?" (sic). Y aprende rápido, a tenor de las reacciones que manifiesta en situaciones en las que se espera que ella reaccione como una señorita.
Pero el reencuentro del hombre emparejado, auténtico outsider familiar, con una sociedad anclada en unos valores muy condicionados por la religión, por lo que tremendamente homófoba, hará que afloren recuerdos traumáticos de su juventud, cuando todo era mucho más difícil todavía, y que lo devuelven a la bebida. El proceso de ocultación inicial, de la humillación pública subsiguiente y de la asunción final de su manera de estar en el mundo, suponen un dramático viaje a la profundidad de sí mismo, ayudado por su compañero de vida y por el apoyo incondicional de su sobrina. La sensibilidad con la que la historia está contada no siempre echa mano del melodrama, antes bien de unos toques de humor inteligente provocados por el más liberado de los dos, Wally, que se agradecen.
Comentarios