Información reflexiva versus espectáculo morboso
La serie es del año pasado. Sin embargo ha sido al celebrarse el décimo aniversario de los sucesos de Utøya, cuando me he animado a verla, a pesar de que me temía la plasmación de un horror inasumible. El título hace referencia a la fecha en la que se produjo primero un atentado con bomba en la zona gubernamental de la capital y la subsiguiente matanza en la isla cercana a Oslo, que dejaron 77 cadáveres en total, víctimas del odio supremacista de un individuo cruel y narcisista, frío y violento. 22 de julio es el título de la miniserie de seis capítulos, colgada en Filmin en enero de 2021 y creada por Sara Johnsen y Pål Sletaune. El segundo ejerce además como coguionista y director junto a Gjyljeta Berisha.
Hay dos maneras de situarse con la distancia suficiente para no caer en el espectáculo, las imágenes grabadas en B/N por una cámara callejera que muestran la explosión inicial, y los disparos del asesino allá a lo lejos, en la isla. Las consecuencias son tan aterradoras que no pueden sino conmover. Sobre todo cuando llega el momento del juicio y se discute sobre la posible insania del asesino quien, cada vez que comparece ante el tribunal realiza el saludo nazi. También aquí el objetivo lo filma de espaldas, como para evitar darle el protagonismo que busca y no merece, y se centra en la gente que asiste conmocionada. Así pues, la plácida sociedad noruega tuvo que hacer frente al lado oscuro, lo que suponía aceptar que violencia y terrorismo no siempre son importados y que en este caso se fraguaron en el interior de una sociedad que va en cabeza en tantas cosas y en la que, a pesar de ello, se produjeron fallos inexplicables en la detección, seguimiento y atención a los heridos. Aquella fecha supuso el despertar del letargo en el que se vivía. Los crímenes supusieron un antes y un después para aquella sociedad. Y como los actores me son completamente desconocidos, tienen mayor fuerza a la hora de retratar con sensibilidad conmovedora la gestión del duelo de un niño cuya hermana falleció en el tiroteo. No se cae en el sensacionalismo, con lo que los seis capítulo tienen un mayor poder de toma de conciencia.
José Manuel Mora.
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