¿Amor garantizado?
"Hacerse la prueba" tiene hoy un significado muy preciso, desde que hemos entrado en esta nueva era pandémica. Sin embargo, entre los personajes de la nueva miniserie que hemos visto en tres tardes, tan sólo seis capítulos de 45 mi., Soulmates, el sentido cambia por completo. Con tantas aplicaciones existentes hoy en día, que permiten conectar con gente afín con la que luego tener una cita, no resulta muy difícil de creer que en un futuro próximo, en apenas quince años, sea posible, gracias a una tecnología sofisticada, mediante una "prueba" científica, encontrar a tu "alma gemela". Dada la cantidad de datos que ofrecemos continuamente en las redes, no sería difícil imaginar ese encuentro que nos posibilitaría la segura felicidad. Este es el arranque de la propuesta de Brett Goldstein y William Bridges, creadores de la serie y también guionistas. El gancho del cartel anunciador dice "Un test, verdadero, amor garantizado". Sin embargo, a pèsar de ello, las cosas de los afectos no suelen resultar tan sencillas. Veamos. Cada uno de los capítulos tiene personajes distintos y cuenta historias diferentes que se cierran al concluir. Se puede ver en Amazon Prime Video y en el canal AMC. No he seguido la aclamadísima serie del segundo de los creadores, Black Mirror, pero Stranger Things (2016-19), también suya como guionista, me hizo pasar muy buen rato. Así pues la gente de esa época se pregunta si merece la pena hacerse la prueba y qué consecuencias puede tener ésta en sus vidas.
Entre mi alumnado adolescente era común la idea de la posesión de la pareja, de modo que la frecuente expresión de "amor mío" convertía al adjetivo en auténtico posesivo. Creían también en el concepto platónico de la "media naranja" que necesita completarse con la otra media existente en algún lugar. Daba igual que les dijera que cada uno es una "naranja completa". Me veían como un bicho raro. Pues bien, algo de eso hay en la serie: parejas asentadas y felices que quieren experimentar, aventuras en islas paradisíacas que ofrecen encuentros fugaces, celos desatados, terror al encontrar al alma gemela que nos revela lo más íntimo de nosotros mismos... Inconformistas como somos, complejos, al final subyace el famoso dilema entre el destino prefijado y el libre albedrío, tan calderoniano. Hay diversidad racial, sexual, de edades, lo que no afecta a la común esencia del ser humano con sus angustias e inseguridades. También los tonos del tratamiento de las historias son distintos: drama, suspense, thriller, y sus resoluciones también lo son. Todo ello hace que cada capítulo tenga un planteamiento distinto y también su sorpresa.
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