Barcelona Gay Men's Chorus en Concierto

 Reivindicando, que es gerundio

Ayer sábado tenía la tarde un cierto aire de normalidad, signifique esa palabra lo que signifique, que diría el maestro Millás. Al llegar al Teatro Principal, una serpiente multicolor enmascarada aguardaba pacientemente la entrada en el recinto. El ambiente era el de los grandes eventos en el teatro de Alicante. La prograamación anunciaba la actuación del Barcelona Gay Men's Chorus en un concierto que yo no sabía que tenía tintes solidarios, en favor de Aodi, una asociación alicantina que persigue la transformación social y la integración del colectivo de personas con diversidad funcional e intelectual y sus familias. Son tantas las ganas de volver a cantar, que decidí que no podía perderme la actuación de un coro que ha seguido ensayando durante la pandemia y que incluso llegó a ganar un concurso de coros en multipantalla, los famosos mosaicos. El director, Gerard Ibáñez, un tío auténticamente marchoso y buen comunicador, además de un estupendo músico, de los que tienen alma de swing, invitó a los asistentes a cantar, bailar, hacer fotos o vídeos, a participar, en una palabra. Así estaba el Teatro, como en los viejos tiempos.

La actuación de los 40 componentes, de los 65 que tiene el coro en plantilla, integrado exclusivamente por varones gais de Barcelona, capaces no sólo de cantar sino de ejecutar coreografías complicadas e incluso signar, me da pie a una pequeña reflexión, dados los tiempos que corren. En primer lugar, un espectáculo así hubiera sido impensable antes del empuje que  Zapatero, con la inestimable colaboración de Zerolo, logró dar a la visibilización y a la lucha del movimiento LGTBI. Quienes tenemos ya una edad, recordamos la tristemente famosa Ley de Peligrosidad Social que servía, entre otras cosas, para enchironar sin más contemplaciones a los gais que osaran significarse. Por eso, la evolución de la sociedad española hacia el respeto a la diversidad ha sido algo por lo que se nos ha reconocido como pioneros en Europa. Que toda la platea acabara puesta en pie aplaudiendo a rabiar, parece demostrar que eso es así. Et pourtant...
 

Y sin embargo las agresiones a miembros del colectivo se han multiplicado, incluso con resultado de muerte. Una denuncia falsa no deslegitima las tantas que se producen y se comprueban fehacientemente. Es llamativo que los agresores necesiten siempre del grupo para cometer su fechoría, tan valientes son. Que además lo suban a las redes demuestra la deshumanización a la que llegan. Que algunos expresen que vuelven a tener miedo, que darse la mano por la calle o darse un beso, o significarse por una determinada apariencia pueda tener nuevamente terribles consecuencias, hace que uno sienta necesario escribir este post, perdón, esta entrada bloguera, para celebrar el acto comunitario vivido ayer en el Principal vehiculado por la música. Hace que se siga viendo imperiosa la reivindicación de la libertad de cada cual para amar. Por eso, el final de la primera parte, con un fragmento de "Los Miserables", como canto de esperanza, y en el que se enarbolaba una bandera, aquí sustituida por la del arco iris, hizo que la gente irrumpiera en un aplauso unánime. Dejo aquí el fragmento, a pesar de la escasa calidad de mi filmación.
 


Una única pega al espectáculo musical: eran tan buenos que no hacía falta una música tan atronadora para el acompañamiento. Daban ganas de escucharlos simplemente a capella.
 
José Manuel Mora.

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