La dama de los muertos, de Benito Mueller

Funeraria

El otro día hablaba del desconocimiento de nuestros vecinos los portugueses, dado lo poco que de ellos nos llega. Tampoco de Austria nos viene mucho. La seriéfila insomne de mi amiga Carme me recomienda una miniserie que tiene esa procedencia, La dama de los muertos (Totenfrau), seis episodios de 45 mi. cada uno, creada por Benito Mueller, a partir de la novela original de un tal Bernhard Aichner, adaptada por Barbara Stepansky, la de Outlander, y que tiene un arranque tan espectacular que hace que te quedes atrapado a la butaca esperando acontecimientos que no dejan de sorprenderte. Se puede ver en Netflix, casi de una sentada. Nicolai Rohde, especialista en series de crímenes, ha dirigido los seis episodios.

Tras el impactante atropello con muerte de su marido, un policía de un pueblecito tirolés encerrado entre montañas cubiertas de nieve cerca de Innsbruk, el resto de la historia consiste en la venganza que ella decide tomarse por su mano, convencida como está de que no fue un accidente. En la búsqueda de los responsables irán saliendo a la luz actividades inconfesables de algunos miembros de la comunidad. Su profesión, además de la moto que conduce con pericia, es peculiar: tiene a su cargo la funeraria del pueblo. Su actividad con los cuerpos que van llegando, con los que ella parece tener un trato confiado, ha hecho que me retrotraiga a la época de A seis metros bajo tierra. Hay un trasfondo de tráfico de muchachas migrantes y el deseo de monopolizar los deportes de invierno por parte de la alcaldesa, único personaje que me ha parecido cliché. La carretera de montaña que zigzaguea entre los picos nevados, es casi otro elemento de la trama. En algunos momentos estamos ante una comedia negrísima.

Anna Maria Mühe, nombre que me es completamente desconocido, encarna a una perfecta Blum, nadie llama a la protagonista por su nombre de pila. El rostro de esta mujer me ha recordado a la mítica Hanna Schygulla, musa que fue de Fassbinder. Ninguna de las dos tienen el rostro perfecto al que los cánones jolivudenses nos tienen acostumbrados, pero de ambos se desprende una fuerza y un magnetismo en la mirada que hace que creamos que pueden ser capaces de cualquier cosa. De hecho intenta ejercer de madre amorosa de dos hijos ahora huérfanos, a la vez que sabe defenderse cuando la ocasión lo requiere. Tiene también una penosa historia personal a sus espaldas. Un descubrimiento de mujer. Yousef Sweid es Reza, su ayudante, quien muestra una presencia inquietante en un principio. No recordaba haberlo visto en Unorthodox. Resulta muy convincente. En definitiva, un thriller que podría ser convencional, pero que atrapa desde el principio por su onirismo, esas conversaciones de Blum con los muertos de la morgue, y por los caracteres de los personajes, perfectamente dibujados, además de por la trama de muertes sucesivas que irá modelando la personalidad de la mujer. 

José Manuel Mora.





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