William Shakespeare, Sonetos / Shake-speares Sonnets

Poemario

Como se puede comprobar en estas reseñas, no leo mucha poesía, y eso que en mi época de estudiante y luego profesor, la disfruté en mí mismo y al trasmitirla. Ha sido mi antiguo compañero y ahora amigo y gran lector, Pascual, quien me recomendó insistentemente este poemario por tal y cómo estaba concebido y editado. Shakespeare, William. Sonetos / Sonnets. Barcelona, Ed. Acantilado, 2013. Edición, traducción y notas de Bernardo Santano Moreno. 321 págs. Se basa en la edición de Thomas Thorpe del año 1609. Luego me referiré con más detenimiento al papel de Santano en la publicación del poemario.


Se trata de un poemario bilingüe de 154 sonetos numerados: páginas pares con el texto en inglés en pentámetros yámbicos, y las impares con una recreación del soneto en castellano con versos endecasílabos y rima consonante. En la parte inferior de ambas viene la traducción literal en prosa. Mi nivel de inglés llega difícilmente a entender la variante barroca del idioma de Shakespeare (1564-1616), pero la traducción ayuda. Lo que me ha sorprendido más ha sido la reelaboración de los sonetos, lo que supone en Santano, además de un gran conocimiento del de Stratford, una vena poética para captar el sentido original  y trasponerlo a endecasílabos de ritmo perfecto. El soneto clásico español, de cuartetos y tercetos, tiene una variación en los de Shakespeare, que se conforman con tres cuartetos con forma de serventesio, y en algunas ocasiones monorrimos, con un pareado final. Aunque no entendía todas las palabras, sí que era capaz de percibir el ritmo con el que los versos fluyen. Y en la versión de Santano se alcanzan formas elegantísimas, casi clásicas.


Hay una dedicatoria inicial del editor que ha suscitado multitud de interpretaciones, puesto que va dirigida a un tal "Sr. W. H.", cuya identidad se desconoce. Dado que el inglés no tiene marcas de género, el objeto amoroso de los poemas se mantiene ambiguo, ya que el "tú" al que señala puede ser interpretado a conveniencia. En algún momento parece claro el destinatario: "But if the while I think on thee, dear friend", traducido como "Mas si te pienso entonces, caro amigo"..., soneto 30. (pág. 72), tal vez el que es conocido como el Fair Youth.

Al único inspirador de
los siguientes sonetos
el Sr. W. H., toda felicidad
y aquella eternidad
prometida
por
nuestro inmortal poeta
le desea
quien con los mejores deseos
se aventura a 
darlos
a la luz
Quede todo esto para quienes deseen conocer la orientación sexual del Cisne del Avon, su objeto poético. ¿Alguna amante de pelo negro? ¿Un poeta rival? ¿Un actor joven que respondía a esas iniciales y que interpretaba papeles femeninos? ¿Aquel que fue  su mecenas y cuyo retrato dejo a continuación? Poco importa, puesto que se desconoce si los sonetos son creación poética o autobiográficos. Vayamos a los poemas.

Otra de mis sorpresas, al no haber leído antes ninguno de los sonetos, ha sido el tono claramente petrarquista que los envuelve, con el enamorado cantando la belleza de la dama, quejándose de su desamor, o lamentando que los sentidos le den una imagen equivocada del objeto de su veneración. Algunos consideran que ese aire es satírico, por la ambigüedad que envuelve al número 20, por ejemplo:

De gozo penetrante portador,
dale a hembras tu tesoro, a mí tu amor.

O bien un pastiche, dado el modo en el que la angelical presencia de Laura en el Petrarca, se transmuta en textos en los que se habla claramente de relaciones sexuales y en ocasiones con tintes pornográficos, dada la polisemia del diminutivo de William, Will, que puede ser entendido como voluntad, deseo carnal, o incluso  como órgano sexual, tanto masculino como femenino en su registro vulgar. En ese sentido me han resultado muy divertidos los numerados con el 135 y el 136. En otros casos el juego retórico me ha parecido enjundioso e incluso difícil de captar en profundidad, más barroco que el límpido Garcilaso. Y eso que, como suelo hacer con la poesía, la bebo a tragos pequeños. Cada día leía uno sólo de sus sonetos en las dos páginas enfrentadas. Está claro que hablamos de alta poesía y que algunos críticos consideran que no está claro si se trata de un epígono del de Arezzo o bien el creador de una nueva estirpe de lírica con forma de soneto. En cualquier caso, un descubrimiento que no me importaría que se hubiera incorporado a clases de comentario de texto a las que poder asistir para sacarles todavía más jugo.

Joseé Manuel Mora.


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