All you need, de Benjamin Gutsche

Modernos, estos berlineses

Berlín friendly

No son frecuentes las series alemanas que acaben escalando puestos de popularidad. Son pocas las de ese país que he podido comentar aquí. Tampoco recuerdo cómo llegué a este título. Sí sé que me enganché por la duración de los capítulos, apenas media hora cada uno, y por el ritmo que su autor imprime a la historia. All you need (Todo lo que necesitas), está escrita y dirigida por  Benjamin Gutsche (?) y tiene ya unos años. Es de 2021 nada menos la primera temporada. Está disponible en el catálogo de  Filmin y son dos temporadas de seis capítulos cada una de ellas que se ven en dos tardes. Parece que está por lanzarse una tercera que acabaría por cerrar las historias.


Berlín es una ciudad inabarcable, donde pasé cuatro días inolvidables hace unos años. Además de los imprescindibles museos, tuve ocasión de pulsar la vida de sus residentes, visitando diferentes zonas. El este y el oeste, las zonas habitadas mayoritariamente por turcos inmigrados de segunda generación ya, el territorio de los yuppies tecnológicos, las parcelas de estudiantes y las noches de cerveza y música, la vida del mundo gay que se muestra con absoluta naturalidad... Y así, tenemos al protagonista, Vince (Benito Bause, alemán de raza negra), estudiante de medicina además de noctámbulo impenitente, quien tiene que lidiar con que le pidan los papeles cada dos por tres por el color de su piel, además de compartir piso con un colega que es su mejor amigo, Levo (Arash Marandi, actor iraní a quien vi en Luciérnagas), que acaba de enamorarse de un tío recién divorciado, Tom (Mads Hjulmand), con quien se va a vivir. Estamos en plena época Tinder y Vince es muy activo en ella, porque aún no ha conseguido encontrar alguien con quien compartir vida e intereses, hasta que aparece Robbie (Fréderic Brossier), de quien acaba enamorándose sin saber su oscuro pasado. 


Las vidas de todos ellos se alejan de los estereotipos en la mayoría de los personajes de su opción sexual, ya que todos ellos la viven con la naturalidad que parece que se va alcanzando en según qué sociedades. Los problemas son los de todo el mundo: deudas, aventuras de una noche, qué hacer con el propio futuro, la amistad traicionada, también la homofobia, cómo no, en la tan moderna Berlín... Todo ello es tratado a un ritmo trepidante, con sentido del humor y calando también en los sentimientos de los personajes, que pueden quedarse despaisajados a poco que se descuiden, como le podría pasar a cualquiera. 


Las interpretaciones son frescas y creíbles, inteligentes. La panorámica berlinesa supone un atractivo más; el mundo de la noche, que se parece al de cualquier ciudad europea, ahora que todo se mimetiza, está muy bien reflejado. Tal como dije al principio, un buen entretenimiento para ver en dos tardes de finde. Ahí lo dejo.

José Manuel Mora.  



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