This is us, de Dan Fogelman

Como la vida misma

Creo que es mejor llegar tarde que no llegar. Me refiero a que pasada aparentemente la fiebre seriéfila, hay títulos que se van a mantener en las plataformas y en la memoria de los espectadores. Uno de ellos, Ricky, antiguo alumno mío, ilicitano de pro, me retruca con este título al recomendarle yo lo último que vi. Y al fiarme de su buen juicio, nos disponemos a empezar una serie digna de un maratón televisivo de los de pandemia. Se trata de This is us ("Así somos"), y lo del maratón se debe al número de temporadas, seis, y de capítulos de cada una de ellas, 106 en total. Se estrenó en 2016 y concluyó en 2022, lo que hace evidente que llego tarde, no tanto a la posible recomendación, cuanto a lo novedoso de la misma. La estamos viendo en Amazon Prime. Su creador es  Dan Fogelman que partió de un guión escrito por él mismo,  y que fue modificando conforme avanzaba el rodaje. La dirección de tanto capítulo es, naturalmente, múltiple. Verla ahora, supone no tener que esperar cada capítulo. Otra de las características de la producción fue la multiplicidad de perspectivas raciales, de sexo, de origen, que se dio en la historia y su rodaje.


Tal vez uno de los motivos de su éxito haya sido que se salga de las tan trilladas historias de asesinos en serie, de violencias desatadas, de negruras vitales. Aquí tenemos a un matrimonio, Jack (Milo Ventimiglia) y Rebecca ("Mandy" Moore, famosa cantante además de actriz), auténtica madre coraje; esperan trillizos. Pierden uno en el parto y deciden adoptar a un bebé negro, nacido el mismo día y abandonado a la puerta de un cuartel de bomberos. Si criar trillizos puede ser complicado, hay que ver lo que supone que uno de ello, Randall, sea negro (Sterling K. Brown, Globo de Oro a mejor actor de serie), en una ciudad de mayoría blanca. Su hermana, Kate (Chrissy Metz) pelea con un problema de sobrepeso que le amarga la vida. El tercero, Kevin (Justin Hartley), es un guaperas inseguro, que intenta triunfar en el teatro, lejos de las comedias intranscendentes televisivas. Además de lidiar con su color de piel, Randall está obsesionado por encontrar a su padre biológico (Ron Cephas Jones), siempre apoyado por su mujer, Beth (Susan Kelechi Watson). Con estos mimbres levanta Fogelman una saga familiar que atrapa sin posibilidad de escapatoria. 

¿Cuál es la razón de semejante atrape? De un lado, unos personajes extraordinariamente bien dibujados, que no caen en clichés, sino que son contradictorios, como solemos ser en la vida real. Gente que se quiere, pero que es capaz de no responder a las expectativas que los demás tienen de cada quien. De otro, la manera en que se nos presenta la historia. De una forma natural, arranca en el presente, con los trillizos treintañeros, y salta atrás, a 1980, cada vez que necesita que conozcamos mejor a un personaje o las circunstancias que explican su comportamiento. Todo ello sucede de un modo fluido, que se puede fácilmente seguir, incluso con tres líneas temporales a la vez. La actuación de todo el elenco es extraordinaria (mejor reparto dramático de conjunto en 2017 y 2018), a ello contribuye el que los diálogos son brillantes, extraordinariamente escritos, lo que da credibilidad a las situaciones. La ambientación de las distintas épocas está muy conseguida y la banda sonora, que incluye canciones cantadas por Mandy, es brillante. He querido escribir esta reseña aunque la saga no ha hecho más que comenzar y sé por sinopsis leídas, que todo se seguirá complicando. 

José Manuel Mora.



Comentarios