Treintañeros
Otra vez hay que volver a descubrirse ante el talento de Sorogoyen. De él ya vi en su momento Que Dios nos perdone (2016) y El reino (2018), que me parecieron magníficas por el modo en que el director aplica géneros consagrados en los USA a la realidad española; y más tarde logró estremecerme con la brutalidad de As bestas (2022), pero también me convenció con una serie que arrasó en su momento, Antidisturbios, (2020), por la veracidad de su denuncia de la violencia policial y la corrupción en torno. Ahora vuelve a presentar una serie en Movistar + que nos hemos puesto a ver con enorme interés: Los años nuevos. Se trata de apenas diez capítulos de 45 minutos cada uno, y que se podría ver de un tirón.
Como indica su título, se trata de un par de treintañeros que se encuentran cada fin de año al coincidir la fecha con la de sus respectivos cumpleaños. En esos diez encuentros sus relaciones van evolucionando desde el amor pasión inicial a las crisis subsiguientes. Algo cotidiano, reconocible por quienes tienen esa edad y por quienes ya pasamos por ahí. Una de las razones más importantes del acierto de la serie es lo bien escrita que está por el propio Sorogoyen, Sara Cano y Paula Fabra. Como persona habituada a la lectura, sé lo difícil que puede ser cuajar diálogos con tintes de veracidad, apasionados, contradictorios, de pesados silencios. Hace falta muy buen oído y arte para plasmar lo que se escucha en la calle y hacerlo creíble. En ese sentido, el diálogo con el que termina la historia es de diez. Iria del Río (sólo la he visto en Antidisturbios y no se me quedó) y Francesco Carril (genial cuando lo vi en Doña Rosita, anotada), con sus interpretaciones naturales, nada impostadas, se llevan gran parte del mérito. Hay en sus miradas la curiosidad inicial, el deseo instantáneo (qué fuerza y qué verdad en el primer polvo), el hastío de los repetido, de los intereses contrapuestos...
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