Blue Lights, de Declan Lawn y Adam Patterson

Policías

La BBC lo ha vuelto a hacer. Gracias a mi amigo y tocayo J. Antonio, de fino paladar, descubrimos esta serie de 2023, que me había pasado totalmente desapercibida. Blue Lights, su título, hace referencia a las luces azules que parpadean sobre los coches patrullas de Belfast, en Irlanda del Norte. Sus creadores, Declan Lawn Adam Patterson, han contado con un guión excelente, escrito por ellos mismos. Se nota que conocen el tema, pero además lo presentan con una extraordinaria inteligencia y un sentido del ritmo dramático que hace que cada capítulo te deje al borde del acantilado, que dicen los ingleses. Aquí se pueden ver en Movistar+ los seis capítulos de cada una de las dos temporadas de que consta.

Es un hecho que las series y pelis que incorporan mujeres en historias de acción se ha ido generalizando, como ya vimos en la británica Happy Valley o en el ámbito de la cinematografía nórdica. Aquí además ocupan cargos de responsabilidad, tienen mando. Otros se preparan para formar parte del cuerpo policial tras una dura selección, y comienzan a patrullar unas calles en las que las drogas campan por sus respetos, hay tráfico de armas, y por unos barrios en los que hay zonas en las que está prohibido adentrarse  por órdenes superiores y oscuras que huelen a corrupción. La serie presenta la actividad cotidiana, sin centrarse en un único caso que investigar, sino atendiendo a los múltiples problemas que van surgiendo a diario y que tienen como trasfondo el antiguo conflicto entre unionistas y republicanos, lo que provoca que algunos miren cada día debajo del coche al salir de casa. La estructura de la acción se centra en duplas de personajes, uno de edad, ya experimentado, y otro que acaba de llegar, y que tiene que aprender a manejarse ante las llamadas de alerta de la central, que los hacen ponerse en marcha con celeridad.



La del veterano Gerry (Richard Dormer, que me sonaba de Juego de tronos y que aquí está espléndido) y el joven Tommy (Nathan Braniff), con su intento de ajustarse a la legalidad, es una de las que me han resultado más interesante. La otra, la de Stevie (Martin McCann), que parece empeñado en cumplir sin que los sucesos lo salpiquen, y Grace (Siân Brooke), extrabajadora social incorporada a los cuarenta,  incapaz de no ver el lado humano de los problemas, es también de lo más atractivo por la química que hay entre los dos. Nos presentan a otros, pero los que también merecen la pena son los mandos, Jonty (Jonathan Harden), el que se somete a las órdenes "de arriba" sin rechistar, y la que tiene que pelear con la carencia de medios y de personal, Helen (Joanne Crawford), y que sabe el terreno que pisa y conoce bien a sus agentes. Algunos llegan al departamento a defender otros intereses y con otros métodos. También a investigar las actuaciones.
   

Todos ellos están tratados con grandes dosis de humanidad, de vulnerabilidad, lo que los hace más cercanos, con algún toque de humor incluido. Sus conflictos son fácilmente asumibles por los espectadores, lo que dadas las tensiones que viven hace que se mantenga el espíritu en suspenso en muchas ocasiones. Hay espacio para tocar el tema del racismo en aquella sociedad, las actitudes machistas de algunos, los traumas de la guerra de la que algunos regresaron tocados. Y las escenas de acción están magníficamente rodadas. En definitiva, un grupo humano en una sociedad en conflicto, como todas, pero aquí hay una escritura previa que hace que se mantenga constante el interés. 

José Manuel Mora.




 




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