No sé si tiene sentido escribir esta reseña, dado que hace ya un mes que la peli se estrenó y que hay múltiples críticas disponibles. Además tenía varios prejuicios al respecto. El mundo de los cárteles (con tilde, por favor) mexicanos no me resulta atractivo. A ello se le sumaba la problemática trans en ese entorno, lo que a priori me la presentaba como bastante increíble. Sin embargo he sido acuciado desde diversos frentes amicales a ir a verla como algo imprescindible. Tal vez lo que me ha acabado llevando al cine ha sido el saber que encerraba, rizando el rizo de lo imposible, un musical. Si se le suma que el director es un francés, Jacques Audiard, la cosa alcanza límites insospechados. Así pues he ido a ver Emilia Pérez, nombre de la protagonista. Está siendo galardonada, película y actriz, en todos los festivales en los que se presenta (en Cannes, Premio del Jurado). Así pues, y para guardar memoria en este cajón "desastre", aquí dejo estas reflexiones.
De Audiard tenía un buen recuerdo de la ya lejana De latir, mi corazón se ha parado (2005), aunque por no existir todavía este blog, no guardo valoración alguna. Sí escribí elogiosamente sobre De óxido y hueso(2012). Aquí da la impresión de haber querido doblar la apuesta, por la temática y por el rodaje en un idioma que no es el suyo, algo a lo que parece estar acostumbrado. Ha escrito y ha dirigido la cinta. Paul Guilhaume la ha fotografiado con acierto. Rodada íntegramente en París, por cierto. Frente al éxito arrollador cosechado a este lado del charco, parece que en México no ha sido tan bien recibida, dados los estereotipos que se manejan: los machos son malísimos y la mujer trans acabará pagando. Todo muy kitsch.
Que a una preparadísima, pero minusvalorada abogada, Rita (Zoe Saldaña), la rapten para recibir la propuesta de su vida de parte de un narcotraficante, Manitas (Karla Sofía Gascón, primero varón poco creíble, de los afeites que le colocan y de la voz imposible, luego mujer ya operada), puede asumirse sin problema. Que el susodicho, casado y con hijos, haya decidido cambiar de sexo para ocultarse, para dejar de matar y para cumplir un deseo oculto en lo más íntimo de él desde siempre, puede también comprenderse (hay gente que incluso se borra las huellas dactilares para hacerse un nuevo pasaporte). Todo esto se sabe desde el principio de la peli. No destripo nada. Lo que ya resulta más difícil de tragar es el cambio que se produce en su personalidad y en su actitud ante la vida. La cinta bordea todo el rato lo increíble, entre lo sublime y lo telenovelesco. Hay que "entrar", porque si no, uno se queda fuera de la historia y las dos horas resultarán difíciles de llevar. Y a mí ha habido dos elementos que me han hecho entrar de hoz y coz: la música, dada mi afición a los musicales desde mi adolescencia, y la actuación de tres mujeres. Y empiezo por esto último.
Saldaña me atrapó desde el inicio, por su mirada penetrante, por su belleza discreta, por la fuerza y la voz de su primera interpretación. El número titulado "El mal" supone un auténtico tour de force para la intérprete, para la coreografía, para la iluminación. Que sea capaz de manejarse en todos los estilos que los compositores, Camille y Clément Ducol le proponen, balada, latino-trap, me parece alucinante. Gómez, en el papel de esposa de Manitas, acabará asumiendo un papel fundamental en el desenlace de la trama. La escena del karaoke es buenísima. Y Gascón está naturalmente en su lugar, dada la condición trans real de la actriz. La pieza que le canta al niño es conmovedora.
Et pourtant... a pesar de la belleza y la fuerza de las imágenes, de la planificación, del montaje, de lo original de la banda sonora, hay algo en el discurso de fondo de la peli que, sin ser yo mexicano, veo que responde a estereotipos de raza, de sexo, de personajes... El final, que no desvelaré, responde también a eso que acabo de señalar. Por todo ello, aunque me dejé arrastrar por el espectáculo imagístico, ha habido por debajo algo que me ha estado molestando todo el rato, y es el "discurso" del director, o de la novela en la que se basó. Le preguntaré a mis amigas Reyna y Blanca cómo la han visto en el D. F. Y aquí lo dejo.
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