Sorda, de Eva Libertad

Sordera

Mi último instituto, el Virgen del Remedio, fue un centro puntero en muchos aspectos. Se implantó la Diversificación Curricular con gran apoyo de la Directiva, se consiguió tener mediadores culturales para atender la diversidad de procedencias de los nouvinguts, se incorporó personal especializado en atención a personas sordas, mi impagable compañera Dioni, entre otras. Se organizó un curso de iniciación al lenguaje de signos, que sirvió para sensibilizarnos, y cuando tuve una alumna con discapacidad auditiva en el Módulo de Biblioteconomía, asistía a mis clases acompañada de una traductora que la ayudaba signando, a la vez que ella se esforzaba en la lectura de mis labios. Todo ello hace que ante esta película yo me haya sentido concernido. Sorda, de  Eva Libertad, es el resultado de haber convertido un corto exitoso de 2021 en un largo con la misma temática. 

Además de dirigir la cinta, Libertad es autora del guión y parece que la idea partió de una realidad, la relación con su hermana sorda, la protagonista del film. Con ella ha conseguido la Biznaga de Plata del festival de Málaga, que va consolidándose como un lugar de descubrimiento de talentos. La película es la primera que se rueda en España con actores que utilizan la lengua de signos a la hora de actuar. Ello aquí es absolutamente necesario dado que Ángela, la actriz Miriam Garlo, no es oyente, aunque puede leer los labios con cierta facilidad cuando están frente a ella, lo que no siempre sucede, y es capaz de pronunciar con esfuerzo. Confrontar ambos mundos, a través de la relación de pareja, porque su marido, Héctor (Álvaro Cervantes), es oyente, no parece suponer una dificultad ya que él, como los padres de ella, han aprendido a signar. El conflicto surge cuando ella se queda embarazada. ¿Nacerá sorda la criatura? ¿Es preferible que lo sea o que pueda oír y hablar? ¿A qué guardería llevarla, puesto que es oyente? Los problemas se van sucediendo hasta que la pareja entra en crisis.


La directora-guionista sabe graduar la intensidad de los obstáculos que una realidad no pensada para sordos va poniendo en su camino. No pretende aleccionar, ni moralizar, tan sólo mostrar el viaje emocional de ambos padres. El rodaje ha debido de ser intenso, puesto que la problemática que se muestra en la ficción, seguro que se habrá dado entre técnicos y actores. Hubo intérpretes en el set y se decidió subtitularla entera ¡Qué difícil el momento del parto! Que se haya tomado la opción de silenciar la cinta en el último tramo, sitúa al espectador en las mismas dificultades que la protagonista. Todo un acierto. El trabajo de ambos intérpretes es magnífico: Garlo, llena de dulzura con la niña, de obstinación en la transmisión de los signos a la cría, de desespero cuando no se tiene en cuenta su incapacidad auditiva; Cervantes, pleno de amor a su mujer y a su hija, sufriendo los desencuentros progresivos en la educación de la niña, a pesar de intentar poner todo de su parte. Ambos se mueven entre claroscuros, lo que les da más veracidad, tal vez por eso han sido galardonados con el premio a mejor actor/actriz en Málaga. Muy merecido. Irureta y Notario, son unos padres amorosos, auténticos, conscientes desde el principio de que la sociedad en la que nació su hija no estaba hecha para una sorda, y lo que eso comportaría. Que se vayan dando pasos, como las ventanas en los telediarios traduciendo a signos los discursos, que se puedan visualizar las películas subtituladas, que una cantante como Rozalén actúe siempre acompañada de su intérprete, que existan los implantes cocleares, que se dé la opción de aprender a signar a modo de asignatura son maneras de ir rompiendo el aislamiento de personas que lo tienen más difícil al vivir en un mundo que no está pensado para ellas. Muy recomendable.

José Manuel Mora.  




Comentarios

Juana ha dicho que…
Si, mi Virgen del remedio fue un instituto innovador en muchas cosas, Fue de los primeros en conseguir un instrumental completo de instrumentos de percusión para música yo disfruté mucho los años que pase que allí pase !